Un siglo después nació en Francia la primera fashion victim de la historia, María Antonieta, que cambiaba de vestido varias veces al día y fue la primera mujer que popularizó el print floral, telas con grandes y exóticas flores. Estos ejemplos nos demuestran que la moda desde hace siglos es un fenómeno universal y una necesidad humana. La moda pertenece al mundo de la cultura.
A finales del siglo XIX se empieza a hablar de moda. Hasta entonces vestir a las mujeres, siempre, había sido tarea de comerciantes y artesanos. Hasta que llegó charles Frederick Worth (Reino Unido 1826-1895) e introdujo el concepto clave: la innovación. Inauguró su maison en una calle de París, con el expresivo eslogan, "Altas novedades", decidido a presentar una colección por año.
Los vestidos de Worth fueron los primeros que no llevaban crinolina, la estructura de metal que se utilizaba para dar volumen a la falda. El modisto inglés la sustituyó por el polisón que dejaba que la falda "cayera plana por delante y recogía su exceso de tela por detrás"
Paul Poiret (Francia 1879-1944), uno de los aprendices de Worth, decidió acabar con el polisón, creó la silueta fluida, en vague, y liberó a la mujer de corsés y armazones. Poiret fue desbancado por Gabrielle Chanel (Francia 1883-1971), a la que el modisto llamaba "la inventora de la miseria" por vestir a las mujeres de negro como a telegrafistas malnutridas.
A partir de aquí la alta costura pasó a manos de las mujeres: Madeleine Vionnet, Lanvin, Alix, Louise Boulanger, Elsa Schiaparelli, las hermanas Callot y la reina de todas ellas, Coco Chanel, que introdujo en la costura "juventud y oficio", y dijo que "la moda que se hace para las masas no es moda, pues muere al nacer". Las mujeres deben a Chanel su actual silueta.