Creo que no hace falta que diga que, hoy en día, todo aquello que no está en las redes sociales (donde está la mayoría de tu público) no existe (vaya, ya lo he dicho). Posicionar tu blog allá donde creas que tienes más posibilidades de llegar a la audiencia potencial de tus posts, es muy importante, pero muchas veces, agobiarnos por no tener tiempo suficiente para estar en todas o no invertir tiempo en la interacción, puede hacer que nuestra estrategia para promocionar y compartir nuestro blog, no funcione.
Hoy quería hablarte de 5 errores comunes que cometemos a veces al compartir el contenido de nuestro blog en redes sociales. Y es que a veces nos olvidamos del objetivo principal, que es ofrecer calidad a los lectores (sean 10 o sean 1000) porque estamos más ocupados del engagement de nuestras cuentas.
Así que aquí van:
1. Tratar de estar en todas las redes sociales:
O eres un hacha de aplicaciones como Hootsuite y parecidos, que te permiten administrar todas tus redes o incluso programar lo que compartes en ellas (cosa que yo no recomiendo demasiado, aunque es un buen recurso para ocasiones especiales como cuando, por ejemplo, cerramos el blog por vacaciones), o terminarás agobiándote porque no hay tiempo material para estar al 100% en todas ellas. Y con estar al 100% me refiero a compartir contenido de calidad, a interactuar y a ofrecer algo más que simple autobombo. Es imposible tener una actividad de calidad en todas las redes sociales. Tan imposible, que muchos perfiles acaban abandonados y, por tanto, nuestro blog, el eje central de nuestra marca, se abandona un poco por ahí.
Lo mejor es estar presente en aquellas redes sociales en las que esté tu público objetivo, más que en todas. (Ejemplo: a un fotógrafo le conviene estar en Flickr o en Pinterest, donde hay aficionados a la fotografía, aunque luego tenga una cuenta de Twitter personal. A un periodista, por supuesto, le interesa estar en Twitter que es la red social del (como diría mi profe Carmela Ríos) “está pasando, lo estás viendo”).
2. No interactuar con tus seguidores:
Aunque no tengas muchos, aunque no sean precisamente activos, ¿qué te cuesta interactuar con tus seguidores? Las redes sociales están hechas, en parte, para eso, para socializar. Y hasta aquellos que quieren usarlas como herramienta de promoción de su marca y de su trabajo, deben participar en ellas.
No hace falta ser extremadamente personal, pero sí estar activo para algo más que para compartir tus últimos posts.
3. No compartir posts antiguos:
Puede que interactúes y que lo hagas muy bien, puede que ofrezcas contenido de calidad y puede que ofrezcas la última hora de tu blog: tus posts a tiempo real. Pero tu blog es más que tu último post, y quizá haya entradas que tus seguidores más recientes querrían conocer, así que, ¿por qué no compartir de vez en cuando algún post antiguo? Ganarías tráfico en entradas que tuvieron pocas visitas en su momento, y afianzarías tu marca.
4. Hacer de tus perfiles un canal de puro autobombo:
Promocionar el blog está bien, y debe ser el propósito principal de nuestra presencia en redes sociales, si es realmente lo que queremos. Pero a todo el mundo le cansa el spam. Intenta ser moderado a la hora de compartir tus contenidos, no recordar una vez cada hora que has subido nuevo post (como máximo hazlo 4 veces a lo largo del día) y, por supuesto, que tu contenido no sea un monográfico constante de tus entradas. A nadie le gusta una cuenta de Twitter o un perfil de Facebook que ofrezca siempre lo mismo.
5. No adaptar el contenido a cada red:
Cada soporte tiene su propio lenguaje. En Twitter son 140 caracteres, las galerías de fotos y los enlaces, en Facebook son los posts algo más largos y en Pinterest son los tablones. Debes adaptar tu contenido según en la red social en la que estés. Y si no te convence esta afirmación, ponte un momento en la piel de tus seguidores: ¿por qué voy a tomarme la molestia de seguirte en todos tus perfiles si tengo el mismo contenido, exactamente igual, en todos los soportes? Para eso te sigo en uno, y ya está.
Pues eso :)