Cómo se organiza nuestro cerebro

Por Joseluisp

¿Cómo se organiza el cerebro de las personas? Evian Gordon y Lea Williams han desarrollado un modelo que define su funcionamiento como un sistema integrado y dinámico.

El modelo parte de que nuestro cerebro tiene una doble motivación principal: minimizar el peligro y maximizar las recompensas. Estas motivaciones explican y dirigen todas nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y todos nuestros procesos de autorregulación. Así, lo que en un nivel más básico consiste en una estrategia para estar seguros y buscar la recompensa y el placer se refleja en niveles más abstractos determinando todas nuestras decisiones: desde los trabajos que elegimos hasta las personas con las que nos relacionamos.

Nuestras emociones se encuentran fuera de nuestro nivel de conciencia. Allí nuestro cerebro detecta señales de peligro potencial o de recompensa sin que tengamos consciencia de ello. Cuando esto sucede, se disparan respuestas emocionales de forma automática sin necesidad de comunicar con los niveles de conciencia.

Dentro de esos niveles de conciencia se encuentran nuestros pensamientos. Son procesos que giran en torno a los hechos que experimentamos y que incorporan elementos como la atención, la memoria y la planificación. Estos elementos nos ayudan a reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos, a organizar el futuro, a ser conscientes de todas nuestras experiencias, a recordar y a tomar decisiones. Nuestros procesos de pensamiento cambian y evolucionan a lo largo de la vida, pues estos son transformados en base a nuestra educación, nuestra formación y nuestra experiencia.

En nuestro nivel de conciencia también se desarrollan los sentimientos. Giran en torno a cómo experimentamos nuestras emociones y nuestros pensamientos. Además, los sentimientos influyen sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo y de nuestro cerebro, en la medida que nuestros estados de estrés o de relajación son la respuesta a cómo interpretamos y etiquetamos lo que sentimos. No obstante también podemos a lo largo de la vida trabajar sobre ellos fortaleciendo los sentimientos positivos y reduciendo aquellos que tienen un impacto negativo.

Finalmente nuestros procesos de autorregulación giran en torno a cómo gestionamos emociones, pensamientos, sentimientos y los procesos que llevan asociados. Se encuentran detrás de todos nuestros esfuerzos para regular nuestras emociones, para establecer objetivos personales de desarrollo y para mejorar nuestra inteligencia emocional.

Todas nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros procesos de autorregulación están todos gobernados por un principio básico: minimizar el peligro y maximizar las recompensas. Alinear esta compleja red de procesos es fundamental para nuestra salud mental y nuestra adaptación al entorno en que vivimos. Conseguirlo no es una carrera de velocidad, sino de fondo.

Buena suerte.

NOTAS

Puede encontrar más información sobre el desarrollo del Modelo Integrate en este enlace.