Las semillas se dejan secar provocando así que la cascara se agriete.
Se introducen en un tambor giratorio parecido al de una lavadora, girando este a gran velocidad, se le inyecta un chorro de aire a presión, separando así la cascara de la semilla.
Posteriormente se le inyecta otro chorro de aire, esta vez a menor presión, lo que hace que las cascaras ya que pesan menos sean arrastradas quedando las semillas ya peladas.
Se pasan a través de una criba separando las semillas ya peladas de las que a pesar del proceso no han sido peladas.
Fuente: sabercurioso