¿Cómo se puede promover “el bien común” con la contratación de empresas esclavistas como Marsegur?

Publicado el 28 junio 2017 por Msnoferini

Hace un par de semanas desde diversos canales de comunicación de Podem Catalunya se informaba sobre la manifestación que convocaban los trabajadores del sector de la Seguridad para el pasado 17 de junio en Barcelona. Conociendo de primera mano la paupérrima situación de estos trabajadores, por la amistad y la cantidad de gente que conozco que trabajan en este sector, me sorprendió que mientras desde Podem Catalunya se llamaba a apoyar a estos trabajadores desde el Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por Barcelona En Comú, confluencia participada por Podemos, se hubiera formalizado unos meses antes un contrato con la empresa Marsegur Seguridad Privada S.A., famosa por la sobre explotación a la que somete a sus trabajadores, y cuyo convenio colectivo fue declarado hace unos meses contrario a derecho y anulado por la Audiencia Nacional, como lo habían sido otros convenios previos por parte del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid y ratificados por el Supremo.

Documento extraído de https://esseguridadprivada.blogspot.com.es/

Para hacernos una idea de la desvergüenza y el trato vejatorio que somete a sus trabajadores esta empresa, tras la cual estaría la figura de Miguel Ángel Ramírez, propietario de otras dos empresas del sector (Seguridad Integral Canaria y Sinergias de Vigilancia y Seguridad), tengamos en cuenta que si los salarios estipulados por el convenio sectorial de la empresas de seguridad ya son preocupantemente bajos, Marsegur y las dos otras empresas mencionadas pagan un 30% por debajo del convenio sectorial del que se descolgaron.

Por mucho que recientemente se ha querido dar a entender que tras la empresa Marsegur no estaría la figura del polémico empresario canario (conocido entre otras cosas por ser el Presidente del equipo de fútbol U.D. las Palmas, generoso donante del Partido Popular, amigo del ex ministro Soria, defraudador de unos 21 millones de euros de las arcas públicas y afortunado merecedor de un indulto concedido por el actual gobierno que le libró de ingresar en prisión) pero lo cierto es que algunos trabajadores que han trabajado para esta empresa tienen claro que Marsegur no es más que un acrónimo del Miguel Angel Ramírez Seguridad.

Pero volviendo a la contratación por parte del Ayuntamiento de Barcelona, tras el correspondiente concurso público, de esta empresa, para llevar la seguridad de l’Institut Municipal de Serveis Socials, cabría preguntarse: ¿cómo se puede cometer un desliz de esta envergadura totalmente contrario a su propio ideario defendido por la confluencia de Els Comuns? No olvidemos que el Ayuntamiento de la Señora Colau asumió un compromiso con la contratación púbica y con revertir ese potencial en una mejora de las las condiciones de los trabajadores, concretamente, tal como queda recogido en la propia página web del consistorio barcelonés: “La contratación pública del Ayuntamiento de Barcelona puede ser una verdadera herramienta de política económica. Genera miles de puestos de trabajo y un alto volumen de contratos que invierten millones de euros en la economía de la ciudad. Este potencial debe ponerse al servicio de la mejora general de las condiciones laborales y medioambientales de los sectores productivos, promoviendo el bien común y apoyando a las pequeñas y medianas empresas, que son las que componen el cuerpo central de la actividad de Barcelona”.

El Ayuntamiento de Barcelona, al Igual que la Generalitat, demuestra una profunda torpeza a la hora de no fijarse a quien contrata. Que las empresas de este desalmado empresario se hayan llevado suculentos contratos, en diversos ministerios del estado o en Ayuntamiento de Madrid, en la época en que era alcaldesa Ana Botella, no es de extrañar, sabiendo la cercanía del oscuro personaje que se halla al frente de las mismas con el partido del gobierno y su amistad con el ex ministro de industria, pero un consistorio gobernado por partidos que prometían aplicar políticas del “bien común”, poner las instituciones al servicio del pueblo y hacer nueva política, no pueden ser tan torpes en otorgar un contrato público a empresas propiedad de un esclavista.

MSNoferini