Lo que sigue es la historia cierta de una familia cercana en el país de mi mujer, la República Dominicana.
Altagracia y Darío son un matrimonio y viven en un país pobre. No son ricos, pero ambos tienen estudios y se ganan la vida razonablemente bien. Él trabaja en un banco, ella es visitadora médica. Sus únicos excesos son llevar a los dos hijos a una escuela privada y pertenecer a un club, que básicamente consiste en una piscina. Viven en una casa alquilada.
Un mal día Altagracia sufre un accidente de circulación. Desgraciadamente son demasiado frecuentes en la isla caribeña y el trabajo de Altagracia le obliga al uso continuo del coche. El accidente es tremendo. Pierde el coche y, sobre todo, pierde el uso de ambas piernas debido a múltiples fracturas. Los seguros no pagan todo, las operaciones se suceden, la baja en el trabajo está lejos del sueldo que recibía antes. Aunque la familia ayuda, continúan los gastos y, finalmente, también se queda sin baja y sin trabajo. Darío lleva las cuentas de la familia y sufre en secreto los problemas económicos.
Cuando los hermanos se dan cuenta de lo que ocurre la situación es muy grave. Darío no quiso o no pudo bajar el nivel de vida y, con menos ingresos y con los gastos añadidos de las operaciones, acabó acumulando deudas en las tarjetas de crédito, debiendo a bancos, a comercios y hospitales, a familiares y a amigos. La familia extensa se reunió y se decidió un plan de acción. Lo primero era cancelar las deudas más onerosas por sus tipos de interés y su urgencia, las que se debían a las tarjetas y a bancos, lo siguiente fue reducir gastos, consolidar el resto de las deudas y buscar nuevos ingresos. Así se hizo:
1. Los familiares y amigos más cercanos prestaron dinero sin intereses y, algunos, a fondo perdido.2. Se habló con el empleador de Darío para que diera también un préstamo a poco interés y que se descontaría del sueldo.3. Con el dinero anterior se cancelaron las deudas más urgentes y se pudieron consolidar las demás en un sistema de pagos regulares.4. Se bajó el nivel de gastos. Los niños pasaron a una escuela más barata, pero no peor.5. La familia se mudó a una casa más pequeña.6. Se prescindió del club y se limitaron los gastos no necesarios.
La familia de Altagracia y Darío empezó a poder vivir con lo que ganaban y Darío volvió a dormir por las noches. Pero no acabó ahí la cosa. Tras años de operaciones, Altagracia pudo volver a andar, con muletas y con dificultad, pero volvió a ser independiente. Montó un pequeño negocio de venta de ropa en la casa. Poca cosa, y alejada de su nivel de cualificación, pero por primera vez aumentaron los ingresos. Algún tiempo después consiguieron, involucrando a terceras personas y poniendo mucho trabajo, entusiasmo y nuevos préstamos que ahora sí podrían pagar, abrir una farmacia donde Altagracia usa sus conocimientos sin tener que moverse demasiado.
Ajustes realistas, ayudas y comprensión por parte de allegados e inversión. Así se salió de la crisis.
Cómo no se salió de la crisis: Echándole la culpa al conductor del camión que, borracho, causó el accidente y pidiendo que él pagara y resolviera todo. Lo más que se podía hacer era meterlo en la cárcel y que pagara alguna indemnización, pero su dinero no llegaba para nada. Altagracia no tuvo la culpa, pero ella y su familia pagaron las consecuencias. Solo asumiéndolas la familia pudo salir otra vez a flote.
Tampoco se salió de la crisis haciendo caso omiso a la bajada en los ingresos. Mientras se acumulaban las deudas Darío conseguía que la renta de la familia, su nivel de vida, no menguara. Por supuesto, esto no significó salir antes de la crisis, sino profundizarla más. Cuando se dejó de acumular deuda el nivel de vida bajó, pero eso no significó salir más tarde de la crisis, sino todo lo contrario.
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Hace tres años en el blog: Aviso para navegantes electorales.------------------------------------------------------------------------------------------------------------