Cómo seguir los buenos hábitos cuando estamos de viaje

Publicado el 26 febrero 2015 por Lola Lemans @lemanslola

¿Tiras todo por la borda cuando te desvías de tu rutina, y así engordas durante las vacaciones?

Hace rato estoy pensando en compartir mi registro diario para mostrar cómo sigo los buenos hábitos en mi vida contidiana, y esta semana me pareció una buena oportunidad, porque ha tenido un poco de todo: fín de semana con amigas, viaje por trabajo, y al final un día típico de oficina.

No siempre tengo semanas tan locas, pero se me juntaron dos viajes: un encuentro de amigas argentinas que vivimos en Europa, inmediatamente seguido de un viaje por trabajo.

He estado llevando un registro diario como siempre usando la app TwoGrand, pero esta vez compartí diaramente en facebook.com/masplacermenosdieta, donde puedes ver lo que estuve comiendo y haciendo día por día, y como fluctuó mi peso.

Hoy quiero contarte cómo me las arreglé durante la semana para comer el medio plato con frutas o verduras frescas, y para tomar agua, en todas las ocasiones.

La forma más fácil que encuentro para beber mucha agua es tener en casa o la oficina una gran botella de 2 litros todo el tiempo a mano, pero eso es pesado de llevar todo el tiempo cuando estamos fuera.

Por eso estoy contenta de haber descubierto esta botella con filtro reemplazable que se llama Bobble, que se puede llenar muy fácilmente con agua del grifo (foto 1)

Es simple contar cuántas de estas botellas bebemos por día, mucho más fácil que contar vasitos de agua.

Es muy práctica para llevar en el bolso cuando estamos paseando, y no tuve problema en usarla en la oficina, incluso en reuniones y hasta el comedor del trabajo, he visto compañeros ir con botellas similares, sobre todo los hombres muy deportistas que intentan llevar vida sana, y los verdes/ecologistas que no quieren comprar agua embotellada en plástico, así que hasta está bien visto en el trabajo tener una botella de este tipo.

El único lugar donde llamó la atención fue la reunión con amigas, era en una casa y yo estuve todo el tiempo bebiendo de mi bobble, hasta que las chicas me hicieron bromas diciendo que era mi “mamadera” (biberón en Argentina). Estas bromas son un precio muy pequeño a pagar por el beneficio de asegurarme mis 3 litros diarios.

Hubo una situación sin embargo en la que no sentí que fuera apropiado sacar mi botella, y fue en un restaurante elegante. Pero esas situaciones son de todos modos las excepciones, en mesas de amigos y familiares yo uso mi Bobble.

En cuanto al medio plato con frutas o verduras, lo conseguí de varias maneras:

  • Sandwich: si gran parte del contenido es verduras frescas, cuenta como medio plato; por ejemplo en Bélgica tenemos “sandwicherias” que te los arman con el contenido que elegimos, me llevé para el bus con tomate, pepino, zanahoria rallada, hojas verdes, etc, era un verdadero sandwich de ensalada (foto 2)
  • Fast food: no hay por qué escaparles… desde hace un tiempo se han vuelto más responsables en cuanto a nutrición, y ofrecen ensaladas como plato completo, o también como acompañamiento. Esto es muy útil en patios de comidas de shopping centers y aeropuertos, donde puedes comprarte la ensalada por un lado, y el sushi/sandwich/lo que sea por el otro (fotos 3,4)
  • Buffets: los buffets de ensalada son geniales, así pude en el comedor de empresa en Suiza almorzar risotto y ensalada, y hasta “pizza de ensalada”, con una pila de ruccola encima (5,6)
  • En casa de amigas: todas llevamos algo para compartir, en mi caso mandarinas, pepinos y zanahorias para cortar en bastoncitos, y tomatitos cherry  (7,8)

  • Desayunos de hoteles: en el hostel de Alemania había tomate y pepino, en el hotel de Francia ensalada de frutas frescas (no de lata, no en almíbar) (9,10)
  • Mini picnics de postre: llevando conmigo siempre alguna manzana o mandarina, pude combinar con bombones y macarons que fui comprando, para armarme mis postrecitos portables (11, 12)

En toda la semana, la única vez que no pude comer medio plato con frutas y verduras fue durante la cena en un restaurante muy francés, el mismo donde tampoco usé mi botella de agua. Y por no haber caminado durante el día, y encontrar temprano a mis amigas para ir a cenar allí con mis amigas, y luego se hizo tarde… tampoco caminé ese día y subí 800 gramos. Ya supe cuando fui a dormir que a la mañana siguiente lo pagaría, estas situaciones son de todas maneras excepcionales – para el resto de las comidas, en casa o de viaje, siempre se puede encontrar la forma de seguir los buenos hábitos.