Estamos llevando a cabo la segunda Fabusemana, un curso virtual de siete días para introducirnos a la nueva vida de comer con placer y sin dieta. Esta semana invité un grupo exclusivo de seguidoras, pero atentas que se vienen sorpresas en el 2015 y estoy armando un programa de Fabusemanas muy especial que voy a hacer público – porque quiero que todas brillemos en el 2015 y hagamos de este nuestro mejor año.
Durante la Fabusemana usamos un grupo cerrado, secreto y exclusivísimo de Facebook donde llevamos nuestro diario, que incluye fotos de las comidas. Un par de fotos de esta semana me inspiraron a contarte hoy sobre la importancia de servirte de una vez en un plato lleno, con la mitad fruta o verdura fresca.
Una participante de esta Fabusemana comió dos porciones de pizza, una por vez, y le sacó estas fotos:
La pizza se ve riquísima y la cocinó ella, así que felicitaciones. Comer pizza, sobre todo casera, no tiene nada de malo, y en Más Placer, Menos Dieta, yo no vengo a decirte qué tenés que comer… solamente quiero contarte cómo yo como la pizza, porque representa un pequeño cambio y te trae un gran beneficio.
Y no te cuesta nada, porque no estás comiendo menos, de hecho estás comiendo más: y te garantiza que te satisface muchísimo más.
Esta foto muestra mi versión de comer pizza:
1) me sirvo una vez, un plato (no porcioncitas más chicas en platos separados)
2) el plato está lleno
3) la mitad del plato es ensalada, y la otra es lo que yo quiero (en este caso, pizza)
Estoy segura de que a muchas de ustedes les pasa como a mí: si me sirvo una porción de pizza por vez, entonces repito y repito una y otra vez, hasta que se acaba la pizza.
La razón es que nuestro cerebro no registra de la misma manera un plato lleno que nos da la sensación de que nos va a satisfacer como una comida completa, que un plato vacío con una porcioncita de pizza en el medio, que parece un snack o tentenpié.
Estoy convencida de que este hábito te va a cambiar la vida, y no se me ocurrió solamente a mí, esta vez quiero contarte sobre un par de estudios científicos que respaldan lo que te estoy diciendo:
a. Los investigadores de una universidad ofrecieron a un grupo de estudiantes el almuerzo gratuitamente por varias semanas, y sin que los estudiantes lo supieran, fueron aumentando significativamente el tamaño de las porciones, y los estudiantes simplemente comían lo que les ponían delante. Así los investigadores concluyeron que el tamaño de la porción es lo que determina cuánto vamos a comer (fuente: jn.nutrition.org/content/134/10/2546.abstract)
b. En otro estudio servían bowls de sopa de tomate que tenían unos cañitos por debajo de la mesa que los rellenaban, sin que los comensales lo supieran. Un grupo tomaba la sopa en bowls normales, y otro grupo en estos bowls que se autorellenaban. El segundo grupo tomó un 73% más que los que tomaron de los bowls normales. Y ninguno dijo que se sentía lleno… es más, contestaban “y por qué me voy a sentir lleno, si todavía me queda medio bowl?” (fuente:
foodpsychology.cornell.edu/outreach/bottomless-bowls.html)
Las lecciones que quiero dejarte son:
1. No esperes a sentirte llena para parar de comer, el estudio de la sopa de tomate demuestra que comemos lo que vemos, y conviene preparar la porción antes de empezar a comer. Por eso te aconsejo llevar a la mesa el plato ya servido, en vez de tener a la vista varias bandejas con ensalada, panera, platitos para picar, etc.
2. Llenar tu plato de la manera más placentera, pero también más saludable posible, porque probablemente te vas a comer absolutamente todo lo que contenga el plato, como el estudio de los estudiantes demuestra. El truco de que la mitad sea ensalada, hace que coma la mitad de lo que habrías comido antes, mientras que visualmente percibes que tienes un plato lleno enfrente.
Con este tipo de hábitos bajé de a poquito ya 20 kilos, sin privarme de nada y comiendo todo lo que me gusta. Si no lo hiciste ya, te invito a que te bajes el gratis el librito 4 Hábitos para Adelgazar a Puro Placer, haciendo click aquí.