Los investigadores creen que las imágenes de las ecografías 4D difundidas muestran una tendencia que se repite: la ansiedad o preocupación en la madre tiene un efecto directo -al menos temporal- en las reacciones del bebé en el útero, que busca tocarse la cara. Suponen, desde la Universidad de Durham, que se trata de un gesto con el que “calmarse” o darse seguridad. Las imágenes fueron tomadas con un moderno escáner especial 4D que realiza una composición de fotografías normales planas, desde diferentes ángulos, para crear una sensación de tres dimensiones en la imagen, que muestra con bastante fidelidad el interior del útero. Con este método, se realizaron diversas ecografías a 15 madres, cuatro veces durante sus embarazos. A la vez, se les hacía una encuesta sobre las situaciones que vivían y si se sentían estresadas. De las 57 ecografías realizadas en total, estos fetos llegaban a tocarse la cara un total de 342 veces. Los investigadores encontraron una relación directa: cuanto más estrés, presión o ansiedad contaban las embarazadas, más veces se tocaban la carita con la mano izquierda sus hijos. Hablan de la primera evidencia fotográfica de que los fetos sienten nuestro malestar. Otros estudios de los últimos años ya sugieren que el estrés materno que sufren en el vientre puede afectar a su desarrollo neuronal, ya que se disparan los niveles de cortisol en el útero, aunque no se tiene claro hasta dónde puede influir.
Este estudio reciente fue publicado en 'Laterality: Asymmetries of Body, Brain and Cognition', y la doctora Nadja Reissland, autora principal, decía en nota de prensa: "Nuestros hallazgos sugieren que las futuras madres deberían dejar su trabajo estresante antes, apuntarse a clases de relajación prenatal e involucrar a toda la familia en el periodo prenatal". Parecen buenos consejos para alejarse de tensiones...