Desgraciadamente, son muchas las personas que padecen depresión y que algunas ni siquiera saben que la padecen.
La depresión es un tipo de enfermedad mental que puede dar acceso a una pensión de incapacidad permanente, siendo necesario pasar un exhaustivo control por los médicos de la Seguridad Social.
Es una enfermedad clínica, grave y común, que afecta física y mentalmente en nuestro modo de sentir y de pensar. La depresión nos puede provocar deseos de alejarnos de nuestra familia, amigos, trabajo, y escuela. Puede además causarnos ansiedad, pérdida del sueño, del apetito, y falta de interés o placer en realizar diferentes actividades.
La incapacidad permanente total se reconoce cuando la depresión afecta a trabajadores cuya labor supone un riesgo para terceros. Igualmente se conceden a las personas que llevan a cabo una profesión con alta exigencia mental.
Por su parte, la incapacidad permanente absoluta se reconoce cuando el trabajador cumple con los siguientes requisitos marcados por la Seguridad Social:
- Que la enfermedad sea crónica.
- Que no existan posibilidades para su cura.
La concesión de la Gran Invalidez por depresión se da con menos frecuencia; sólo puede concederse cuando se cumple de que el grado de depresión y los síntomas sean muy graves, hasta tal punto que la persona afectada necesite la atención de un tercero por actitudes autolíticas.
Depresión y Tribunal Médico
El informe médico pericial jugará un papel absolutamente protagonista a la hora de solicitar una incapacidad permanente por depresión.
Lo más habitual en estos casos es que sea nuestro médico de cabecera el que nos conceda la baja laboral por depresión.
Transcurrido el plazo de tiempo de 18 meses, es muy probable que sea el propio Tribunal Médico el que nos cite para someternos a un examen que le permita determinar si se nos puede dar el alta o si nuestro estado incapacitante es de carácter permanente.
Así, es importante contar con un informe médico pericial donde un psiquiatra establezca cuáles son los síntomas que presenta nuestro trastorno depresivo en concreto, así como la intensidad de estos o la forma en la que condicionan la capacitación para desarrollar nuestra profesión habitual.
También es importante saber que en caso de que se declare la incapacidad permanente por depresión al finalizar el proceso de reconocimiento, es seguro que la resolución del Tribunal Médico establezca la fecha a partir de la cual será posible revisar el estado y situación de nuestro caso en particular.