Hay que evitar regodearse en la sensación de ser un fracasado por una determinada circunstancia. Es fácil sentirse derrotado porque te embargaron el coche o la casa, porque llevas un año desempleado o porque el amor de tu vida abandonó. Recuerda que no eres tus circunstancias, sino la persona que las vive.
Está en tu mano cambiar esa situación y a menos que seas un vago que se tira en el sofá y no hace nada por mejorar su vida, nadie puede criticarte porque te ocurrió algo que estaba fuera de tu control.
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