Ante la realidad de tener que inyectar líquido al flujo de efectivo, personal o empresarial, una de las preguntas que se suelen hacer es ¿Cómo tener un endeudamiento efectivo? Esto a razón del nivel de incertidumbre que se suele generar en la antesala de un proceso de financiamiento.
En ese sentido, nos interesa abordar algunos puntos claves que se deben tomar en cuenta a la hora de tomar acciones de que impliquen asumir obligaciones financieras, y que ello aporte valor al proceso de gestión financiera.
En resumidas cuentas el endeudamiento efectivo es aquel que logra generar o aportar valor a la gestión financiera; y para ello es vital la planificación financiera.
La planificación financiera es el planteamiento que se hace de cómo se va a desarrollar la administración de los recursos económicos durante un período determinado. Ya que en ella se pre-visualizan y ejecutan acciones sobre la base de unos objetivos que marcan la pauta de qué se quiere alcanzar y cómo lograrlo. Por lo tanto, en la medida en que las acciones que se tomen giren en torno a la planificación entonces, se estarán produciendo o generando valor, que se traduce en beneficios dentro del flujo de efectivo.
Tomando como base lo anterior, la pregunta que surge es ¿Cómo lograr que el endeudamiento sea efectivo?
Para ello es necesario responder dos preguntas básicas:
- ¿Por qué endeudarse?
- ¿Tenemos los recursos?
De las respuestas a estas preguntas dependerá el éxito y la efectividad de asumir algún tipo de obligación financiera. Ya que en ellas se resumen tanto la razón de ser de la acción, como la disponibilidad económica que se tenga para hacerle frente. Siendo la última la de mayor peso de las dos. Ya que es la que dará respuesta concreta al préstamo, en términos de cómo se habrá de solventar dicha obligación.
Por lo tanto, ante la realidad de un posible endeudamiento, cuyo fin sea aportar valor a la gestión financiera, tanto de la empresa como de la persona, el enfoque del mismo determinará su efectividad. Partiendo de que está sustentado en una planificación previa en la que se han tomado en cuenta la materialización de los objetivos que definen el rumbo a seguir.
En ese tenor, vamos a compartir algunas pautas que permitan visualizar de una manera tangible, la efectividad del endeudamiento.
- Establecer la razón de ser del endeudamiento. Definir qué mueve la acción de endeudarse y sus implicaciones dentro de la gestión financiera.
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Fuentes de solvencia. Identificar cuáles son las fuentes que solventarán la obligación financiera y cuáles son las variables de riesgo que inciden en ellas.
- La estructura de gastos. Uno de los puntos clave para tomar la decisión de endeudarse es ver cómo la cuota mensual de dicho préstamo afecta la estructura de gastos. En otras palabras, calibrar la capacidad de pago.
- Generación de valor. El punto clave de todo esto es saber qué tanto le aporta a la gestión financiera asumir una deuda. Ya que si al final del día esto no logra generar beneficios entonces toda la acción pudiera poner en juego el flujo de efectivo personal o empresarial, teniendo como consecuencia resultados no deseados.
Para tener una gestión efectiva del endeudamiento es necesario partir de una planificación financiera que lo sustente, de manera que en ella se contemplen las distintas variables que pudieran incidir de forma negativa en la administración de los recursos económicos y por ende, crear alternativas que logren viabilizar la generación de valor.