Son pocas las personas que conozco que tienen una buena relación con el dinero. Por lo general noto que el vínculo que existe entre el dinero y las personas se supedita a utilizarlo para adquirir bienes o servicios determinados. Es decir, no ven el dinero como un instrumento estratégico para lograr cosas.
Sin embargo, contrario a lo que algunas personas pudieran pensar, el dinero requiere de una atención distinta. Implica que tienes que saber cómo manejarlo de manera adecuada, y de cómo extraer de él, el mayor beneficio con el fin de que se torne en un aliado y no en un enemigo.
Es por esta razón que no interesa responder a la pregunta ¿Cómo tener una relación estable con el dinero? Aquella que te aporta valor y que materializa aquello por lo cual te esfuerzas y trabajas todos los días. Ofreciendo algunas pautas puntuales sobre cómo tener armonía en la administración del dinero, y que en esa relación haya estabilidad.
Usualmente cuando converso con personas que me consultan sobre el manejo de sus finanzas personales, les pregunto ¿Cómo es tu relación con el dinero? Y por lo general la respuesta inicial es "buena". Luego de seguir escarbando en el tipo de manejo que tiene del dinero, esa respuesta "buena" va cambiado a "más o menos" hasta que llegamos a la conclusión de que es una mala relación. Que se traduce en no tener la capacidad de solventar sus compromisos financieros
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En otras palabras, la evidencia más tangible que se puede tener de una mala relación con el dinero es cuando lo que se ingresa no es suficiente para lo que se gasta. Y esto resulta en la insostenibilidad.
Tomando como referencia la experiencia que he tenido de las diferentes conversaciones con clientes y con personas en particular, he llegado a la conclusión de que existen tres indicadores, que en este caso son "faltas de", en las que coinciden estas personas respecto de una mala relación con el dinero:
- Falta de controles: No estar al tanto de los pormenores del dinero que manejas.
- Falta de criterio en consumo: Comprar o adquirir cosas no partiendo primero de las necesidades y luego de los gustos.
- Falta de planificación: Hacer uso del dinero sobre la base de la improvisación.
Estos tres factores, desde mi punto de vista, no son ajenos a la mayoría, ya que una relación sana con el dinero es fruto de tener buenos controles, criterio en el uso del dinero y, por sobre todas las cosas, tener una planificación que vaya acorde a la realidad particular de cada persona. De hecho, cuando estos tres indicadores o faltas coinciden, es cuando existe un mayor estado de inestabilidad financiera, en donde, literalmente, se están vivenciando situaciones económicas de insostenibilidad, aun teniendo quizás buenos ingresos.
Es importante resaltar que cada persona presenta una particularidad individual. La cual representa sus propios retos. No obstante el común denominador a cada una de ellas es la incapacidad de enfrentar sus compromisos financieros.
En ese sentido, y tomando como base la premisa de que existe un desbalance en las entradas y las salidas de dinero, la pregunta que surge es: ¿Es posible cambiar una mala relación con el dinero por una buena? Y la respuesta es sí. Es posible que cambies esa realidad calamitosa por una en donde te encuentres en control de tu dinero y puedas tomar acciones correctivas para el buen desempeño financiero. Y esto se logra con dos elementos básicos: Disciplina y enfoque.
La razón de ser de esto es que en la medida en que exista una conducta adecuada (disciplina) y que esta sea constante (enfoque) entonces la relación con el dinero será fructífera, y resultará en tener una mejor gestión del dinero personal.
Partiendo de lo todo lo que hemos visto hasta ahora, vamos a ver algunas pautas que se pueden implementar en la gestión financiera persona que sirvan como punto de apoyo para tener una buena relación con el dinero.
Reiteramos que cada caso es particular y como tal requiere de la atención individual del mismo. No obstante estas pautas te servirán para que tengas un marco de referencia y puedas iniciar tu proceso de higienización financiera con miras a tener una buena relación con tu dinero.
Pauta No. 1: Has las paces con tu dinero
Lo primero que tienes que hacer para tener una buena relación con tu dinero es hacer las paces con él. Sentarte cara a cara con tu realidad financiera y darte cuenta de cuáles son los aspectos que te están llevando a estar donde estas, y cómo puedes retomar el camino de la sostenibilidad en el manejo de tus finanzas. Para eso debes tener claro para qué tienes dinero y cómo utilizarlo de manera efectiva.
Y dentro del contexto de hacer las paces con tu dinero debes primero identificar el valor cuántico y cualitativo de tu dinero. Es decir, debes saber lo que implica que entre $1 a tus arcas personales. Porque cuando logres ver lo que te cuesta cada movimiento financiero erróneo es que te darás cuenta lo importante que es manejar tu dinero con responsabilidad.
Para hacerlo más claro y sencillo, vamos a ver un ejemplo práctico de cómo pudieras cuantificar lo que implica ingresar dinero a tus bolsillos.
Por lo general las personas que tienen empleo trabajan alrededor de 44hrs a la semana, y devengan un monto "x" fijo todos los meses, eso significa que mensualmente trabajas un promedio de 1760hrs. Si divides el total de tus ingresos entre el número de horas que trabajas obtendrás qué representa una hora de trabajo.
Al extrapolar eso a lo que realmente inviertes en tiempo fuera de trabajo, pero que tiene que ver con trabajo, como por ejemplo a la hora que tienes que levantarte, el tráfico en las calles, etc, te darás cuenta de que tu trabajo no son 8hrs al día, sino todo lo que tiene que ver con él, y llegarás a la conclusión de los costos que subyante en toda tu gestión, que probablemente no has tomado en cuenta. En otras palabras verás que el énfasis primario es que todo lo que tienes cuesta, por lo tanto, en la medida en que hagas las paces con tu dinero, entonces tendrás una buena relación con él.
Respetándolo y dándole el valor que se merece. No por el monto que aparece en los billetes o monedas, sino porque te cuesta; no es gratis. Tienes que poner tu empeño para ganarlo, por lo que al ponerlo en su justa medida creas un ambiente de paz para tomar decisiones financieras asertivas.
Pauta No. 2: Prioriza tus gastos y consumos
La segunda pauta que debes tomar en cuenta a la hora de tener una relación sana con dinero es la saber diferenciar qué va primero y qué va después. En otras palabras, debes establecer un sistema de priorización de gastos y consumos.
En esta estructura lo que vas a hacer es enfocarte en qué realmente es importante ahora, y qué puede ser postergado. Con esto no queremos que obvies tal o cual gasto, sino que lo pongas en su justa medida, en el tiempo apropiado y en función de tu realidad financiera.
Es mejor tomar decisiones en las que tengas que postergar un gasto ahora, que luego se convierta en una satisfacción a que tengas que lamentarte por no haber dilatado tal o cual gasto o consumo.
Pauta No. 3: Pon tu dinero a producir
Por último para tener una buena relación con tu dinero es necesario que lo pongas a producir. La única manera de hacer más dinero es invirtiendo dinero. Con esto te invitamos a que ponderes las diferentes alternativas de inversión a las que tengas acceso.
La razón de ser del dinero es la movilización, y dentro del contexto de la gestión financiera efectiva, la manera idónea para movilizarlo, y que añada valor a la administración de los recursos económicos es a través de la inversión
En ese tenor, puedes ponderar iniciar un negocio, capitalizar alguna empresa o bien acceder al mercado de dinero. Lo importante es que tengas una porción de lo que has acumulado, para que te produzca beneficios y puedas materializar aquello que entiendes es importante para tu vida.
No obstante te sugerimos que busques la asistencia de profesionales en las inversiones; ya que estos te pueden guiar a la capitalización que mejor se ajuste a tus objetivos y a la capacidad económica que tengas.
Una buena relación con el dinero se resume a que debes tomar decisiones asertivas con él. Tomando en cuenta que la falta de controles, criterios y planificación son los elementos que por lo general las personas coinciden a la hora de tener una mala gestión financiera, y que debes, a toda costa, evitar.
No obstante, para responder a estas faltas existen algunas pautas que puedes tomar en cuenta para tener una buena relación con tu dinero, entre ellas están hacer las paces con tu dinero, priorizar tus gasto y consumos, y por último poner tu dinero a producir a través de las inversiones.
Tu manejo financiero no tiene que ser defectuoso. Todo lo contrario, debe revelar tus fortalezas y servirte como un escalón para materializar tus necesidades, sueños y anhelos. Por lo tanto, es prudente que tengas una buena relación con él. Y esto se logra cuando tienes disciplina, te enfocas y pones en marchas las diferentes pautas que te hemos sugerido aquí.
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