¡Muy buenas! Esta es una entrada muy especial para mí porque, como saben, me estoy formando para ser profesora. La verdad es que había escuchado muchas cosas negativas sobre el centro al que iba a hacer las prácticas y el alumnado que me iba a encontrar en él. En parte yo ya tenía una ligera idea de cómo iba a ser porque yo misma fui alumna de ese colegio, aunque pisara ese centro por última vez en el 2002.
La mayoría de los alumnos son de clase baja-media y tienen problemas en casa: padres en la cárcel o con problemas de abuso de alcohol o drogas. Para ellos la violencia es el único método que conocen para solucionar sus problemas, sea violencia verbal o física. La intimidación es la mejor herramienta que tienen para "hacerse respetar" y no suelen tener una convivencia agradable con sus compañeros porque la mayoría se sienten amenazados por ellos.
Ese problema es difícil de tratar para un profesor, sobre todo si tiene a otros 20 alumnos en la clase que también reclaman su atención y que se merecen que dé el 100% de él mismo, algo que no se puede hacer si se intenta hacer de padre/madre de estos alumnos. Hoy hemos hecho en clase una actividad para juzgar a una alumna por su comportamiento. Nos hemos sentado todos alrededor de ella en nuestras sillas y ella estaba en el medio. Se veía a la legua que lo estaba pasando mal en esa situación, me puse en su lugar y yo me hubiera echado a llorar, pero se ve que ella es mil veces más fuerte que yo para aguantar eso. Es cierto, su comportamiento es como el que describí más arriba, tiene amedrentada a media clase y no sabe resolver los problemas hablando como personas civilizadas sino tirándose cosas e insultando. Esa especie de juicio está bien, pero a la vez está mal.
Veo que está bien porque la chica tiene la oportunidad de darse cuenta de que lo que está haciendo afecta a los demás. Porque algunos hacen eso y no son conscientes de que hacen daño. Pero que tome conciencia para mejorar, no para aprovecharlo y hacerse peor. Tiene que someterse a un juicio en el que sus compañeros votan si es culpable o no. La mayoría levantó la mano y se la consideró culpable de todos esos "delitos" y entonces ahora tiene que afrontar un castigo. Pero es normal que se niegue a cumplirlo, a pesar de tratarse de un simple escrito. Porque yo también me hubiese negado. Es una cuestión de orgullo. Quizás solo los orgullosos lo entenderemos. Escribir esa carta disculpándose por sus hechos es: 1) reconocer que es culpable y que los demás tienen razón, 2) darle importancia a ese juicio que la está humillando, 3) "rebajarse" a pedir disculpas porque es algo que también suena a humillación y algo a lo que no está acostumbra, pero sobre todo y lo más importante 4) mostrarse vulnerable y arrepentida.
Y también me parece mal porque puede crear más conflictos con los compañeros, nuevos o antiguos que habían pasado por alto y ahora los usan para atacar a quien esté en el centro de la rueda de la justicia. Aparte de las secuelas psicológicas, y no es broma, que puede dejar este tipo de cosas porque se están exponiendo a críticas y más críticas, que pueden ser ciertas, pero duelen y a nadie nos gusta oír todo lo que hacemos mal.
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Han pasado varios días y el comportamiento de esta alumna es el mismo. Hace unos días tuvimos un examen y lo que ella hizo fue sacar el móvil para utilizarlo de espejo y ponerse a hacerse trenzas en el pelo. Es desagradable, como profesora, ver cómo te ignoran porque creen más interesante a una mosca que vuela sobre ellos que a tu explicación. Es un ejemplo, pero no me sorprendería. Además, es tan mínimo o nulo el respeto que sienten por la autoridad, nosotros los profesores, que no se cortan ni un pelo cuando se pasan notitas escritas en papel por debajo de la mesa y las veo, ven que las he visto, se ríen y siguen. O se escriben las notas en grande en la libreta y la ponen en alto para que el de al lado o de atrás lo lea. Muy sutil.
Yo no tengo autoridad para echar a nadie de clase, ni apuntar a nadie en la libreta que tienen sobre la mesa donde se apunta el comportamiento de los alumnos para hacer un seguimiento. Tampoco tengo autoridad para poner partes que puedan expulsar a nadie. Recuerdo que cuando estudié allí se repartían partes como caramelos y la situación no ha mejorado. En cambio, en el colegio al que me mudé después, no escuché la palabra "parte" nunca más. No hacía falta, los alumnos sabían que tenían que portarse bien, sabían cómo y sabían controlarse los unos a los otros. Solo unos cuantos sacaban de quicio a los profesores, pero después de una bronca y de llamar a los padres, el alumno volvía sumiso y no daba más problemas, al menos por una temporada. Pero solo era esa persona de toda la clase. Se respiraba un ambiente de respeto y disciplina que jamás en visto en otro sitio.
En cambio, aquí, veo actitudes que si se dieran en el otro centro del que os hablo, expulsarían al alumno inmediatamente. Actitudes como la de peinarse en clase utilizando el móvil, sacar el móvil y los auriculares y ponerse a escuchar música o levantarse sin permiso.
¿Qué creen ustedes? ¿Qué castigo creen más efectivo? ¿Menos asustar con poner partes y más partes de verdad?
Y, ¿cómo eran ustedes de adolescentes? ¿Eran de los problemáticos o de los tranquilitos?
¡Contadme!