Cómo tratar con tu jefe

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

por Alberto Ramírez Bastias

Si quieres ascender en la jerarquía de la empresa donde trabajas, si buscas simplemente conservar tu actual empleo, o incluso si estás queriendo salir de tu actual empleo, tu jefe directo es muy importante para que consigas lo que buscas. De lo productiva y positiva que sea la relación que mantienes con tu superior directo dependen tu nivel salarial, tus oportunidades de crecimiento y hasta tu tranquilidad emocional. Tu jefe será importante para tu carrera incluso cuando deje de ser tu superior jerárquico, ya que otros lo consultarán sobre ti.

Es conveniente, por tanto, invertir tiempo y esfuerzo en tener la mejor relación profesional posible con el jefe, más aun si tu deseo es avanzar profesionalmente y acceder a mejores condiciones en la empresa.

A continuación, algunas recomendaciones orientadas a cuidar y mejorar esa relación.

1. Objetivos y expectativas.

El punto más importante en la relación con tu jefe son las expectativas que se tienen respecto de tus tareas, objetivos y plazos. Nada perjudica más la relación que las expectativas no cumplidas. Debes procurar que lo que tu superior espera de ti, esté siempre totalmente claro, bien definido, preferentemente por escrito y entendido perfectamente por ambas partes. Una descripción del cargo y un documento con objetivos, recursos y plazos es ideal. Si no te proporcionan tales documentos, prepáralos tú mismo y conversa el tema con tu superior.

Si percibes desconfianza porque solicitas aclarar y establecer por escrito los objetivos, explica claramente que tu intención es cumplir perfectamente con las expectativas.

Sé cauto con los objetivos, no olvides que no sólo deberás cumplirlos, sino sobrepasarlos.

2. Pide ayuda a tu jefe, pero no con demasiada frecuencia.

Pedir ayuda al jefe, recurrir en busca de guía y consejo, es usualmente una buena actitud ya que muestra que te esfuerzas, que tienes voluntad de aprender y desarrollarte y que valorizas el aporte que tu superior realiza. Sin embargo, hay un límite ya que si tus solicitudes de ayuda son muy frecuentes y repetitivas tu superior puede llegar a considerar que no tienes las habilidades y destrezas necesarias para la posición que detentas.

Recuerda que un jefe autoritario prefiere ser consultado con frecuencia, y un jefe participativo prefiere actuar como un consultor ocasional. Analiza el tipo de liderazgo que tu superior ejerce contigo, y utiliza tu buen criterio para saber cuánta ayuda puedes solicitar.

3. Mantén una comunicación frecuente con tu jefe.

Las noticias positivas pueden también convertirse en sorpresas desagradables si no has mantenido a tu jefe siempre informado de lo que ocurre. Informa con prudente frecuencia las novedades. Cuando las noticias son positivas, permite a tu jefe tomar el crédito. Cuando las noticias son negativas, no escondas la información, presenta los hechos y comunica tu plan de acción para revertir los inconvenientes.

Peor que la noticia negativa en sí, es que no hayas entregado la información oportunamente, ya que eso pone en duda tu credibilidad. Siempre informa oportunamente, aunque duela.

4. Nunca seas inexacto.

Si no conoces la respuesta, no inventes. Si no tienes la información, no simules tenerla. Lo mejor en estos casos es pedir tiempo para dar una respuesta exacta, investigar, y luego responder.

Para ganar fama de fiable se necesita mucho tiempo, para dejar de serlo bastan unos pocos segundos. Y quien deja de ser fiable, nunca vuelve a serlo.

5. Colabora con tu jefe.

A todos nos gusta la comodidad. Y nada más apreciado que un colaborador que se preocupa de ayudar más allá de lo formalmente exigido, haciéndonos las cosas más llevaderas. Aprovecha tu contacto con el jefe, entérate de sus obligaciones, desafíos y tareas además de aquellas que tienen que ver contigo, y ofrece tu colaboración de forma discreta, cuidándote de no aparecer como un entrometido, sino como un colaborador sincero.

Recuerda que para llegar allí, hay que recorrer algunos kilómetros extra.

6. No desvalorices a tu superior.

No pienses que mostrándote muy talentoso conquistarás el favor de tu jefe, lo contrario, puede provocarte graves problemas. Todos tenemos inseguridades. Haz que tu jefe se sienta siempre confortablemente superior, porque si te conviertes en una amenaza, te ganarás un muy peligroso enemigo. Vigílate y cuida tu propia vanidad, aprende a mostrarte discreto, confiable, pero sin brillar más de lo conveniente. No pierdas oportunidad de elogiar a tu jefe cuando lo merezca. Dale el crédito, menciona su aporte, así reconoces su superioridad. Recuerda que necesitas su buena disposición contigo.

7. Calma.

No reacciones defensivamente ante las críticas. Si hay algún descontento o disconformidad por parte de tu jefe, evita el golpe. Mantente tranquilo, sereno, muérdete los labios si es preciso, pero no te defiendas en el mismo momento de la crítica, aunque sea terriblemente injusta, porque sólo aumentarás la tensión. Di que te dedicarás a resolver el problema y hazlo. Espera la oportunidad. Siempre hay un día siguiente y todo puede ser resuelto y mejorado si mantienes la calma. Porque más allá del problema específico, si te muestras sereno y bajo control, estarás mostrando atributos muy apreciados en un profesional. Una persona serena puede hacerse cargo de los asuntos más importantes y sensibles. Estarás logrando puntos positivos y virando el juego a tu favor.

Recuerda que el que se enoja, pierde.

El jefe difícil

En primer término, examina muy bien la situación. Si esperas encontrar jefes sin defectos, debes saber que, lamentablemente, esa especie no existe. Se trata de seres humanos con virtudes y defectos. Y ante los defectos (inseguridad, cambios frecuentes, ego enorme, exigencias excesivas, falta de reconocimiento al trabajo de otros, exceso de control, manipulación, abuso, etc.) lo mejor es que desarrolles un plan con estrategias para contrarrestar el problema:

- No discutas, no polemices, no reacciones verbalmente en contra

- Evita criticar a tu jefe o llevar tus reclamos a otros niveles en la empresa

- Pide consejo a tu jefe para superar los inconvenientes

- Muestra a tu jefe los eventuales beneficios de formas alternativas de acción, sin confrontar

- Felicita a tu jefe por sus logros

- Busca establecer los objetivos claramente, idealmente por escrito

- Revisa críticamente tu rendimiento y desempeño

- Deja los problemas del trabajo en el trabajo.

Plan B: busca otro empleo

Recuerda que es muy común tener un jefe difícil, y que las personas difícilmente cambian. Si tus estrategias para contrarrestar a un jefe difícil no dan resultado y la situación se vuelve absolutamente insoportable, debes examinar la importancia de ese empleo para ti y las posibilidades que tienes de encontrar otro. Pero no te empeñes en hacer que otras personas cambien, suele ser una pérdida de tiempo y de energía, de recursos que son escasos y que preferentemente debes aplicar a esfuerzos que puedan entregarte mejores resultados.

Autor Alberto Ramírez Bastias - alramirbarrobagmail.com

Asesor de Desarrollo de Negocios y Estrategias Comerciales para varias empresas del ramo Farmacéutico y de Dispositivos Médicos, con oficinas en São Paulo y Ciudad de México. Ha sido Director General de empresas en México, Brasil, Perú y Chile. MBA Universidad Adolfo Ibáñez (Chile), Pos-graduado en Negocios Internacionales Fundação Getulio Vargas (Brasil) y Marketing Estratégico University of Miami (USA). Autor de libros sobre Administración de Negocios y Tecnología.