Silvio Rodríguez.
A veces de tanto ver seriales y películas, muchos creemos que nuestra vida también lo es. No porque uno no quiera entender la realidad de la ficción, creo que más bien es porque uno siempre desea tener un final feliz… como si morir fuera un acto de felicidad. A los “artistas” creo que el sentimiento es peor aún, entre iluminados y “personajes” que me ha tocado ver, por la investigación de una amiga… han desfilado escritores que quieren llenar sus palabras de grandes epitafios, fotógrafos que desean mujeres desnudas tras sus lentes, músicos que aún luchan por que se les reconozca y los actores de teatros que añoran tener más fama que todos los nuevos seres humanos de los realities de la televisión. Pero en el fondo entre el colorido de las palabras, los ropajes, esas boinas guevarianas, esos trajes de Amelie y esas barbas intelectuales… se siente el eco de la soledad, del deseo perdido y del esfuerzo por ser más intelectual… superando cualquier costo. Las familias quedan atrás, los hijos; en fin... esa sensación de superioridad que algunos creen tener por sus cargos, sus cosas o sus creencias van llenando nuestra ciudad de fantasmas y dioses muertos que se convierten en arañas negras que envenenan la esencia de lo cotidiano.
Las reacciones cambian cuando nos dicen a todos que no hay vuelta y que lo que viene es distinto... y dificil. Para Karin, Minus, Martin y David las cosas parecen tener una desolación que no se compara a esa imagen feliz en el agua. La ausencia paterna se nota y se duele, ambos hijos han visto en su padre a ese ser supremo, que se le teme casi como si fuera un dios.
Nos han dicho siempre que Dios está en todas partes, pero en la casa de los hijos de David, parece que se escondió en una puerta, para encontrarse sólo con Karin, mientras su padre finge y su esposo trata de seguir amando y Minus soporta temeroso la vida que le toca. Parece ser todo parte de un espejo oscuro que muestra lo peor de cada uno. Mientras un padre famoso, escritor e intelectual que se dedica a escribir del amor, nunca ha tenido un poco de lo que cuenta para sus hijos. Mientras el amor y Dios son cosas que se desvanecen y transforman en una araña negra... la amargura de la soledad acompañada hace que vivir sea un mal recuerdo.
" Como en un espejo" es parte de la trilogía de la existencia de Dios que Bergman realiza en conjunto con películas como "El silencio" y "Los Comulgantes"... ya estarán acá.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Såsom i en spegel en Wikipedi
4.- Trailer