Revista Infancia

Cómo un par de niños te demuestran que no hace falta ir al gimnasio

Por Robertosancheze

Esto es sólo mi opinión, que cambia constantemente. No me creas. Crea la tuya.

 

“El hombre no deja de jugar porque envejece; envejece porque deja de jugar” – George Bernard Shaw

Me encanta esta cita. Y lo sé, la repito un montón de veces…

No hará falta decir mucho. Sobran las palabras.

Una vez más, si nos fijamos en cómo se mueve un niño, en cómo juega con su cuerpo, todas nuestras teorías sobre entrenamiento, máquinas, rutinas, pesas, análisis, objetivos, etc. se van por los suelos, resultan absurdas.

Jugar, jugar y jugar debería ser nuestro único mantra en lo que se refiere a actividad física y movimiento –bueno, y probablemente a todo lo demás.

Una niña de cuatro años y un crío de casi tres serán nuestros maestros, con la colaboración excepcional de un padre que, de momento, no parece sobreprotegerlos en los “cuidado, que te vas a caer”, “¡quieres estarte quieto!” y “al final te harás daño”.

Y así, en menos de un minuto, dos niños te demuestran que no hace falta ir al gimnasio.

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog