Hoy día todavía existe un tabú, seguramente fruto de la vergüenza y el miedo, que estigmatiza a muchos pacientes de enfermedades mentales. Pero nadie debería sentirse avergonzado ni debería ser apartado por las personas de su entorno por causa de un trastorno así.
La depresión y otras dolencias mentales pueden ser tratadas por profesionales, pero requieren también de un alto aporte de comprensión, apoyo y compañía por parte de los familiares y amigos del enfermo. Y como otras muchas enfermedades, en un alto número de casos existe la la posibilidad de recuperación y curación.
Pero además, existe el amor de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo. Ellos nos conocen mejor que nosotros mismos y entienden nuestras necesidades. Saben de nuestros anhelos, esperanzas, alegrías y sufrimientos, y nos tienden la mano en cada momento de nuestras vidas, tanto si estamos en tiempos de necesidad o si vivimos horas felices. Y para bendecirnos más grandemente, esperan que nos volvamos hacia ellos y les busquemos. Que queramos comprender y aceptar el plan de salvación que fue preparaco para que algún día podamos volver a la presencia de Dios.
En el siguiente vídeo el Elder Jeffrey R. Holland, Apóstol del Señor Jesucristo, testifica desde su propia experiencia y con el testimonio de otros que han pasado por vivenvcias parecidas que el trabajo de buenos profesionales y la confianza en Dios proporcionan esperanza a quienes, siento todavía incomprendidos por muchos, padecen estos trastornos tan dolorosos para sus mentes y espíritus.
Login en