Cómo usar el champú sólido (y cómo me reenamoré de mi pelo)

Por Yve Ramírez @ecocosmopolita

Comencé a usar el champú sólido después de dar muchas vueltas y, la verdad, dudo que vuelva a usar los champús convencionales nunca más. El champú sólido me ha reconciliado con mi cabello, y me ha devuelto el placer de «presumir de melena» con orgullo. No exagero.

Yo creo que soy una mujer muy segura de sí misma pero el cabello nunca ha sido mi gran amor. Ni liso, ni rizado, con tendencia a encresparse, seco y con canas rebeldes desde muy joven. Durante años, la parte de las canas fue la que llevé mejor, porque se trataba de un mechón con gracia, pero cuando empezaron a expandirse por toda mi cabeza, dejé de quererlas. Finalmente, acabé tiñéndolas con henna y todo fue a peor. En este artículo compartía por qué decidí dejar de teñirme las canas y en este otro, cómo hice la transición hacia el cabello gris.

Nunca me sirvieron los champús de las marcas más famosas, con sus anuncios de melenas sedosas a punta de silicona y Photoshop. No me iban bien los que me recomendaban las peluqueras, siempre mucho más caros. Tampoco me acababa de gustar cómo quedaba mi pelo con los champús ecológicos que probé más tarde.

Hace ya unos cuantos años me animé a probar el métido no pooh. Me fue bien por un tiempo, y diría que sirvió de «detox capilar». Tras meses de no pooh descubrí un cabello rizado y me gustó. Pero tras largos meses de alegría, aquello de lavarme el pelo con bicarbonato y vinagre dejó de funcionar.

Después de algunos aciertos y desaciertos, descubrí el champú sólido y, en mi afán de reducir los residuos y, a la vez, dar con MI champú, probé varias opciones.

Pasé por muchas marcas, varias de ellas muy decepcionantes, hasta que di con uno que me encanta.

Gracias a usar el champú sólido y mi regreso a las canas, me he enamorado de mi pelo, con los cuarenta ya bastante entrados. Por el camino, claro está, aprendí muchas cosas y es lo que hoy quiero compartir contigo.

Yve Ramírez, vida sin residuos

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Luciendo canas. Foto para La Vanguardia, por Xavier Verdaguer (te dejo el link en la foto).

Espero que este post te anime a dar un paso adelante en tu camino hacia una vida sostenible, y buscar el champú residuo cero perfecto para tu cabello. Que con todo lo que te voy a explicar, ¡vas a sacarle el máximo partido!

Y llegó el champú sólido

¿Has oído hablar de los champús sólidos? ¿Tal vez te da miedo que el pelo no quede bien? ¿Ya los has probado y no te gusta el resultado? ¿O tal vez has encontrado el champú sólido perfecto y no te imaginas usando otra cosa, pero no sabes cómo usarlo para que te dure mucho tiempo? ¿Te preguntas si tu champú tiene sulfatos? ¿O tal vez te preguntas directamente qué son los sulfatos de los que tanto se habla?

Es normal tener muchas dudas sobre cómo usar el champú sólido, porque la costumbre de usar un champú en gel está muy arraigada en nuestros hábitos. Espero que con este post, consigas despejarlas todas.

Vamos por partes.

Por qué un champú sólido 

Si te quiero convencer de usar un champú sólido, tengo que darte motivos para cambiar de productos. El reto me asusta ni pizca, porque sobran motivos:

  1. Los champús sólidos no necesitan envases de plástico. Normalmente vienen en cajas de cartón (asegúrate, cuando compres un champú sólido, de que no tenga film plástico en el interior, que todo es posible). En cambio, ¡qué difícil, si no imposible, es conseguir un champú líquido sin plástico! De hecho, puede ser peligroso: una alternativa es envasarlo en vidrio, pero si el envase de cae en la ducha, puedes hacerte daño. No hablar si hay niños o si estás en un baño compartido, por ejemplo en el gimnasio. Esto me pasó recientemente con un botecito de aceite de coco, pero por suerte no pasó de un susto. Nunca más. Otra alternativa es envasar en lata, que al menos se recicla mejor que el plástico, pero es más caro.
  2. Los champús en pastilla son concentrados y prácticos: Al no tener agua, es un champú muy pequeñito que te dura lo mismo que una botella. Una comodidad increíble. Si vas de viaje o al gimnasio, ya es la bomba.
  3. Los champús sólidos tienen menor huella de carbono: Toda esa agua que no tienen, porque ya saldrá de tu grifo, es agua que no se transporta en un camión. Menos peso, menos espacio de transporte, menos emisiones de CO2. ¡Estamos reduciendo nuestra contribución al cambio climático! Parece poca cosa si piensas en un solo champú, pero piensa en muchas unidades en cajas, y estas cajas en palets. La diferencia es muy grande ¡y somos muchas personas usando champú! Donde caben 10 champús sólidos, tal vez cabe una sola botella de champú líquido

Cómo escoger un buen champú sólido 

1. Mejor sin sulfatos

Mi primera recomendación es escoger un champú sólido libre de sulfatos, lo que nos lleva a la pregunta…

¿Qué son los sulfatos y por qué recomiendo evitarlos?

Los champús convencionales tienen como ingrediente activo principal los sulfatos. Estos tensioactivos son un efectivo agente limpiador y los responsables de ese montón de espuma que hacen algunos champús. La sensación es muy agradable, pero «limpian tan bien» que acaban con los lípidos naturales de nuestra piel y cuero cabelludo. De hecho, alteran nuestra protección natural, penetran la barrera de la piel y pueden causar irritación, inflamación y otros efectos perjudiciales para la salud. Hablamos sobre todo del Sodium Lauryl Sulfate (SLS) y el Sodium Laureth Sulfate (SLES), dos ingredientes que al parecer conviene evitar. El SLS se considera menos irritante y por eso es muy frecuente su uso en productos para niños.

Los champús con sulfatos, y eso lo digo también por experiencia propia, no suelen sentar bien al cabello rizado y con tendencia a la sequedad, porque lo resecan más y, además, matan el rizo. En el caso de los cabellos grasos, en cambio, pueden exacerbar la producción de lípidos, con lo cual se cae en un círculo vicioso, de lavar cada vez con más frecuencia y producir cada vez más grasa.

El SLS y el SLES están prohibidos en la cosmética ecológica. Ten en cuenta que se usan en la cosmética convencional y también en champús sólidos. Por cierto, la mayoría de los champús sólidos de Lush tienen Sodium Laureth Sulfate o SLS.

2. Busca con tensioactivos de origen vegetal

Una vez hemos descartado los champús con sulfatos, nos quedan dos familias de champús sólidos, que se distinguen por la forma en la que han sido fabricados:

  • Por saponificación. Es un jabón de toda la vida, producido a partir de aceites gracias a la acción de la sosa cáustica. Normalmente, es un jabón que se enriquece con ingredientes específicos que mejoran los resultados.
    Es la opción más natural y yo amo el jabón de toda la vida. En mi casa usamos jabón de Marsella para lavarnos las manos, en la ducha y para lavar ropa y más. Pero un jabón no es champú y en mi experiencia -y por lo que he visto, también en la de otras personas- estos llamados champús hechos con sosa cáustica y aceite tienden a dejar el cabello apelmazado, apagado y también áspero. De nuevo es un champú que reseca a la larga y que puede resultar irritante para el cuero cabelludo. Yo probé champús de este tipo, por ejemplo, de Goccia Verde, y el resultado fue terrible.
  • Por tensioactivos derivados del coco. El ingrediente principal de estos champús son tensioactivos suaves. Normalmente se fabrican a través de un proceso de amasado y prensado, en seco. Los champús hechos con tensioactivos suaves no sulfatados limpian estupendamente sin resecar ni sobreestimular la producción de sebo en cabellos grasos, producen espuma aunque no sea tanta y son mucho más respetuosos con nuestro cuerpo y con el medio ambiente. Desde Usar y Reusar hemos podido comprobar en nuestras propias cabecitas y en las de nuestras clientes que los champús sólidos con tensioactivos suaves funcionan estupendamente, y dejan el cabello suelto y lleno de vida.
    No te asustes, que no todos los tensioactivos son malos. De hecho, hay tensioactivos permitidos en la cosmética ecológica (una estupenda referencia para quienes intentamos tomar buenas decisiones sin ser especialistas en química y cosmética).
    En la lista de los tensioactivos permitidos, tenemos entre otros:
    •  Sodium Coco-Sulfate, que está permitido por las certificaciones más exigentes y también se conoce como SCS. Su nombre se parece a los del SLS y el SLES pero la forma de obtenerse es distinta y los efectos en nuestra piel, también.
    • Sodium Cocoyl Isethionate o SCI, que está permitido algunas certificaciones pero no por  todas. Está descrito como un ingrediente muy suave, eficiente y apto para bebés y personas con piel sensible.

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Cómo usar tu champú sólido y cómo cuidarlo

Un champú sólido puede durar meses, o puede deshacerse en un abrir y cerrar de ojos. Todo es cuestión de cuidarlo de la forma adecuada, algo que a veces no nos viene muy por instinto, pues hemos pedido la costumbre de usar, en general, jabones sólidos. Por eso, a partir de los consejos de los fabricantes y de mi propia experiencia, he reunido algunos tips que te ayudarán a que tu champú en pastilla dure todo lo posible y te deje el pelo que mereces:

  1. Humedece bien tu cabello. Si tienes poca melena, puedes hacer un poco de espuma entre tus manos y, con esto, lavar. Así controlarás mejor la cantidad de champú que utilizas. Si en cambio tienes mucho cabello, como es mi caso, lo mejor es frotar el champú directamente en la cabeza, siempre de arriba hacia abajo para evitar enredos. Empieza poco a poco, que ya podrás aplicar más si hace falta.
  2. No sumerjas la pastilla de champú bajo el agua para que no se reblandezca en exceso. Manipúlalo siempre fuera del agua.
  3. Masajea tu cuero cabelludo con suavidad, como harías con cualquier champú.
  4. Aclara bien con agua.
  5. Si tu cabello tiene tendencia a graso, tal vez tengas que repetir. Yo siempre hago un solo lavado.
  6. Después del champú, puede que quieras utilizar un acondicionador, para ayudar a mejorar el resultado. En el caso del cabello con tendencia a graso seguramente no te hará falta pero con el pelo seco es probable que sí. Yo estoy enamorada totalmente del acondicionador sólido Dulce.
  7. Tras su uso, asegúrate de que tu champú quede en un lugar seco. Conviene usar una jabonera que permita escurrir el agua, colocarlo en sobre una rejilla o, en su defecto, sobre un trozo de papel absorbente. Sobre todo, que sea en un lugar en el que no salpique el agua mientras te duchas. Otra alternativa es escurrir bien y guardar en una jabonera cerrada o, mejor aún, reutilizar una lata de otro cosmético, como las de la manteca de karité, que es perfecta.
    ¡No hay más secretos!
Jabonera hecha con cepillos de dientes de bambú usados.

Bonus track: Mascarilla natural para el pelo

Un truco para los cabellos con tendencia a secos: Una vez a la semana o así, hazte una mascarilla de aceite o manteca vegetal. Mejor si es sobre el cabello humedecido, aunque tampoco es indispensable.

A mí me encanta el resultado con manteca de karité, y hace falta muy poca cantidad, pero también lo hice durante mucho tiempo con aceite de coco (sobre todo por el olor) y también con aceite de oliva, que de hecho es la opción más sostenible que podemos escoger en España.

Coge un poco de aceite o manteca y riégalo por el cabello con paciencia, mechón a mechón, insistiendo en las puntas, hasta cubrir todo el cabello de una capa muy fina. Cubre con una toalla, mejor si puedes dar un golpe de calor con el secador y después de un par de horas, lava el cabello como indiqué arriba. También puedes dejarte la mascarilla de aceite durante toda la noche (cubre tu almohada con una toalla limpia) y lavar al día siguiente. ¡Ese día no necesitarás acondicionador!

Mis champús preferidos del mundo mundial (y cómo escoger el tuyo)

Cuando probamos el champú Sabrina, que es el champú para cabello seco de Jazmín y Azahar, Tere, Lucía y yo, que formamos el equipo de Usar y Reusar, supimos que era lo que estábamos buscando.

Sobre todo si lo combino con el acondicionador Dulce, el resultado es un rizo lindo y un pelo brillante. Pero sin dudas, mi preferido es el champú Bereber, también de Jazmín y Azahar. Este, tiene una formula azulada que me ayuda a mantener el color de las canas más bonito, pero además me ayuda a controlarlas, que ya sabes que las canas son muy anárquicas.

Las alternativas de Usar y Reusar.

Como te imaginarás, las marcas de champú sólido que conozco de momento y que me gustan, ya están en Usar y Reusar. Ahora trabajamos con dos marcas que recomiendo de ojos cerrados. Ambas producen en España (y es un gustazo trabajar con ellas), trabajan con pequeños lotes y ofrecen productos libres de sufrimiento animal, veganos y sin aceite de palma. Vienen en envase de cartón reciclado y reciclable, con una capa de papel proyector.

Jazmín y Azahar. Baño de aromas.

Esta marca trabaja principalmente con ingredientes ecológicos y fabrica sus champús en Andalucía. En sus productos hay una fuerte presencia de aceites esenciales esenciales, pues toma fundamentos de la aromaterapia, lo que los convierten en una verdadera experiencia sensorial. No sabes la felicidad que es recibir uno de sus pedidos con su festival de olores.

Tiene un amplio catálogo de champús para diversas necesidades particulares, y todos usan Sodium Cocoyl Isethionate.

  1. Champú Amla: Para cabellos normales y mixtos. Es gran favorito de la tienda.
  2. Champú Sabrina: Para cabellos secos y encrespados. El preferido de la Tere, fundadora de Usar y Reusar.
  3. Champú Jade: Para que esos cabellos finos y con tendencia a grasos estén más sueltos y limpios por más tiempo.
  4. Champú Bereber: Con un toque azulado, para canas rebeldes. ¡El mío!
  5. Champú Natura: Muy suave, especial para personas con cuero cabelludo y también para niños.
  6. Champú Ghassoul: Purificante, muy suave y con arcilla de ghassoul, para cuero cabelludo con dermatitis, psoriasis, caspa y cabellos muy grasos.

No podríamos estar más contentas con ellos. y no paramos de recibir comentarios positivos sobre ellos. Puedes leer algunos de ellos en esta historia de Instagram.

Bambú. Opciones con certificado ecológico.

Banbú, fabricado en Extremadura, apuesta por la sencillez. Cubren todas las necesidades con una oferta sencilla, completa y súper bien lograda que, por ahora, consiste en solo dos fórmulas. La otra gran apuesta de Banbú es ofrecer productos con certificado ecológico a un precio competitivo. Sus dos champús tienen un olor suave y riquísimo, y usan Sodium Coco-Sulfate, que es un tensioactivo que admiten las certificaciones de productos ecológicos más exigentes.

Son esos champús tan lindos que has visto en la cabecera.

A Verónica, socia fundadora de Banbú, la conocí en Biocultura Barcelona y se ve a leguas que tiene un verdadero compromiso con el reto de ofrecer productos de calidad y sostenibles. La he bombardeado a preguntas desde entonces y desde entonces hemos testeado sus productos, y estamos muy felices de colaborar con ellos. Estos son los dos champús que ofrecen de momento:

  • Cabello graso: Parece casi un artículo de decoración, de lo bonito que es. Con carbón activo, arcilla, aceites vegetales y otros ingredientes, también tiene un suave efecto anticaspa.
  • Cabello normal a seco: Como te imaginarás, es el que he usado personalmente. Tiene una textura cremosa muy rica. Es preferido de Lucía. Ella y su hija no lo cambian por nada del mundo. Dicen que el cabello les cambió en poquísimo tiempo de uso. A Tere también le va muy bien con este.

Otras dudas sobre el uso del champú sólido

Antes de terminar, un repaso de otras dudas sobre el uso del champú sólido que han surgido por las redes otras veces y que no quiero que se queden colgando. ¡Espero no resultar muy repetitiva!

  • ¿Los champús sólidos limpian bien el pelo?
    En nuestra experiencia, los champús con tensioactivos suaves funcionan igual o mejor que los champús comerciales, y es lo mismo que escuchamos de otras personas que nos escriben a Usar y Reusar.
  • ¿Los champús sólidos son un jabón?
    No los que yo recomiendo, que son los champús con tensioactivos suaves, más naturales.
  • ¿Los tensioactivos de nuestros champús no tienen sulfatos?
    No, cuando hablamos de sulfatos, normalmente se hace referencia al Sodium Lauryl Sulfate y el Sodium Laureth Sulfate, de los que ya hablamos, que son los que tienen tendencia a causar reacciones desfavorables en el cuero cabelludo.
  • ¿Cuál es la composición de vuestros champús?
    La composición de cada uno varía, pero puedes verla en la página de cada champú. Como hemos comentado, los de Jazmín y Azahar utilizan como base el Sodium Cocoyl Isethionate y los de Banbú el Sodium Coco-Sulfate.
  • ¿Cuánto dura un champú sólido?
    Es difícil de responder, porque depende mucho del uso, pero Jazmín y Azahar estima que sus pastillas duran para 80 a 100 lavados, si las cuidas bien.

¿Te quedan más dudas sobre el champú sólido? ¿O quieres añadir algún consejo, truco o reflexión sobre el tema? ¡Cuéntamelo todo!