Cómo vencer el miedo a la muerte

Por Somospsico

La muerte es algo inevitable. Dicho así, puede sonar desalentador, pero al fin y al cabo es la realidad. Todos nacemos un día, pero habrá otro en el que tengamos que morir. Aunque pueda parecer sencillo de entender o de aceptar, no lo es para todo el mundo. Algunas personas viven con excesiva preocupación este hecho, con ideas que les rondan la cabeza durante más tiempo del que desearían. Sin embargo, hay casos aún peores en los que no se trata de una simple preocupación o incertidumbre, sino más bien de un verdadero pánico a sufrir o a morir.

Con este artículo no queremos convencerte de que no hay que temer a la muerte o al dolor, sólo nos gustaría comentarte algunos aspectos que quizá puedan ayudarte un poco si eres de esas personas aprensivas y temerosas, especialmente con el tema que nos concierne.

En cierto modo, podríamos decir que la enorme mayoría de nosotros no desea morir, a excepción de casos extremos en los que la persona cree no encontrar otra salida o piensa que dejaría de sufrir si no estuviese en este mundo, o bien en ciertas religiones.

Si aceptamos esta hipótesis, es normal que el ser humano trate siempre de evitar el peligro y el sufrimiento, alejándose de aquellas cosas que pudieran resultar dañinas o potencialmente arriesgadas para nuestra vida.

Ahora bien, hay un factor que es muy importante considerar. Se trata de aquel relacionado con nuestra verdadera capacidad de control sobre nuestro universo. Con esto nos referimos a que muchas personas se ven en la necesidad de ejercer un control absoluto sobre la gran mayoría de cosas que hacen, sobre todo de aquellas que pudieran ser peligrosas. Por ejemplo, evitan subirse a un avión, no se bañan muy hondo en el mar, no se acercan a ciertos animales... En cierto modo, es correcto afirmar que estas personas tendrían una menor probabilidad de sufrir daño o incluso de morir en accidentes relacionados con esos estímulos pero… ¿realmente podemos controlarlo todo?

Quizá la clave esté en un control moderado de nuestras circunstancias, tratando de no obsesionarnos ni de tenerle miedo a casi todo lo que nos rodea. Además, tal y como comentábamos en nuestro anterior artículo acerca de las preocupaciones, resulta interesante el hecho de que los humanos creemos que simplemente pensando que nada malo nos ocurrirá, será así. Al fin y al cabo, se trata de un mecanismo adaptativo, aunque en realidad roza el pensamiento mágico y la conducta supersticiosa.

Por tanto, si logras borrar esa idea de tu mente de que “al preocuparme, no me ocurrirá nada malo”, posiblemente empieces a liberarte de tus cadenas, pues de igual modo “no preocuparme constantemente, no hará que me pasen cosas malas”. Entenderás que nadie tiene en casa un libro guardado con su destino, y que quizá por fin sea hora de vivir algo más relajado.

Además, siempre tendrás la oportunidad de concederle a tu vida el significado que tú consideres oportuno, de forma que puede que te reconforte el pensar que la muerte no tiene por qué ser el fin. De todos modos, es el momento de permitirte disfrutar, sin tener miedo a ser feliz.


foto|Arvind Balaraman