Le encanta pintar, se pone incluso antes de desayunar,
incluso los fetivos, a las 07:30 H, te lo puedes creer?
La clase de Betlem
Entra en la clase cuando aparece su profe, comparte todo el día con sus compañeros (está en un colegio de integración, o sea, uno o dos Down por clase con apoyo de un maestro/a especializado que aporta una atención extra), la recogemos por la tarde, vamos a danza unos días, y otros a logopedia para aprender ese poquito que le falta. Sobre la elección del cole, de integración o educación especial, hay mucho que hablar, ambos tienen sus ventajas y sus inconvenientes, y, aunque asesorado por los especialistas en cada caso, siempre debe ser una decisión tomada por los padres. Trataremos la cuestión más adelante, palabra.Sale a la compra con nosotros, le encanta pasear en coche, se pone el cinturón de seguridad y exige que todo el mundo se lo ponga. En fin, vive como una niña de 4 ó 5 años con la diferencia de que ella tiene 7.
De vez en cuando vamos al médico para comprobar que todo sigue bien, cosa que deberíamos hacer todo el mundo.
Es fundamental la implicación de su entorno, aquí
haciendo tortilla con el abuelo Manolo, para el
concurso del dia de los abuelos (FSDM)
En lo afectivo, no hay ninguna diferencia de comportamiento con el resto de la infancia. Cada niño con SD tiene su propio carácter que no está condicionado de ninguna manera por el SD. Los hay alegres, cabezones, caprichosos, con "mamitis" al principio y "papitis" después siguiendo la pauta psicológica habitual, los hay egocéntricos como el resto, son el centro del universo y demandan la atención de sus padres y educadores permanentemente, no teneis ni idea de lo que significa esta palabra en el caso de Betlem, los sucesos pueden ser anómalos, ocasionales, habituales, permanentes y lo siguiente, que es lo aplicable a Betlem, aún no se ha inventado la palabra.
Todo es suyo, no comparten algunas cosas, aunque son fáciles de convencer, y te los llevas a tu terreno fácilmente, como todos.
Sé que las cosas cambian cuando empiezan a tener conciencia de su discapacidad, pero aún no me ha llegado el momento de experimentarlo.
Qué decir de la afectividad de un niño que pega un brinco cuando te ve aparecer, te salta a los brazos y te da un apretón con dos sonoros besos, con un holaaaa, que se oye en todo el edificio.
Pero también pegan, muerden, empujan e insultan a sus compañeros, tal y como ven que ellos hacen entre sí. Como el resto del mundo, aprenden imitando, cualquier cosa que te vean hacer, la pueden reproducir sea oler una bonita flor o escupir en la calle. Pero hay una cosa que les caracteriza mucho, muchísimo. Carecen casi completamente de inhibición, son total y absolutamente " incondicionables". Es decir, lo mismo huelen la flor como escupen en el suelo de donde estén, por seguir con el ejemplo de conductas aprendidas, sin valorar lo que es correcto o no. Su espontaneidad es, a veces, preocupante porque no sabes cuando te van a poner en un aprieto serio. Sé que esto pasa, en menor medida, con todos los niños, pero con los Down es casi permanente. Les duele mucho más perder una carta o un cromo de su colección que un billete de 500 €, que para ellos no tiene ningún valor. Por lo general son objetivos y sinceros, aunque también saben mentir.....CONTINUARÁ.