En un mundo que grita por la inclusión y la igualdad, de feminismo y luchas de las mujeres por las mujeres existe una sociedad casi desconocida, que tal vez es el la última de su tipo en todo el planeta, una sociedad ancestral que habita una tierra conocida como el reino de las mujeres, donde las féminas están en la cima de las relaciones de género.
En las laderas del Himalaya , a las orillas del lago Lugu, vive el pueblo Mosuo, una comunidad de alrededor de 40000 personas, ubicados a 2700 metros sobre el nivel del mar y con la ciudad cercana a seis horas de viaje en auto, su aislamiento les ha permitido conservar las costumbres milenarias que los imposibles de encontrar en ningún otro rincón del mundo.
En la cultura Mosuo las riquezas pasan de madre a madre al morir, por lo que se considera una sociedad matrilineal en la cual las mujeres poseen una gran autoridad y libertad. Aunque los hombres también representan cargos políticos importantes y su papel dentro de la comunidad no carece de importancia, son las mujeres quienes dominan el hogar, las decisiones sobre la familia, las riquezas y los bienes.
Los hijos son criados completamente en el hogar materno y sus figuras patriarcales son sus tíos, pues para los mosuos el concepto de amor matrimonial es muy diferente al de nuestras sociedades. Ellos creen en " matrimonios ambulantes ", las mujeres pueden elegir tantos amantes o tan pocos como deseen a lo largo de toda su vida, los hombres visitan la casa femenina y pasan la noche para luego marcharse a la mañana siguiente. Los matrimonios no viven juntos, para los mosuos el amor sigue un curso mas fluido , pues es intrínseco en sus relaciones que el sentimiento en ocasiones se desvanece y las mujeres, al ser totalmente independientes siguen su curso natural, si el hombre es responsable y ama verdaderamente a sus hijos continua preocupándose y cuidando de ellos aunque el matrimonio fracase y si no lo es sencillamente deja de visitar la casa femenina y los hermanos y tíos del infante permanecen como sus figuras paternales.
Los mosuos creen en la idea de una Madre Tierra y practican el budismo tibetano, de hecho muchos de sus hijos varones son enviados a estudiar para convertirse en monjes y entre sus costumbres peculiares se encuentra también la veneración a los perros, pues de acuerdo a sus leyendas, hace mucho tiempo los perros vivían 60 años, mientras que los humanos solo 13, por lo que decidieron intercambiar vidas y desde entonces los humanos presentan sus respetos a los perros eternamente.
Con la construcción de una carretera y un aeropuerto cercanos en 2015, cada vez llegan más turistas a orillas del lago Lugu, trayendo consigo nuevas creencias y prácticas que han atrapado a la cultura mosuo entre la modernidad y la traición, modificando poco a poco sus conceptos sobre el amor y el matrimonio, por lo que es bastante acertado decir que podríamos estar asistiendo al ocaso de la última sociedad matriarcal de la historia.