Foto de portada por: mao_lini
Un resumen actualizado
Los inicios del siglo XX resultan familiares para el oficinista; al menos para este oficinista que os escribe lo son desde que leí a Bernett Arnold. Resulta que Internet no tiene la culpa de que perdamos el tiempo. Según leía los ejemplos que da Bernett resulta que la gente pierde el tiempo en más o menos las mismas cosas en que perdía el tiempo en los tiempos del buen rey Edward: charlar, echar 'una' partidita, mirar a la chimenea, juguetear con el piano: vienen a representar más o menos al chat o twitter, jugar, navegar sin rumbo y al practicar superficialmente una afición que se queda en lo virtual de nuestros días.
Barnett se da cuenta en su día de que perder el tiempo nos hace malvivir, y pretende remediarlo, no con un método de productividad, sino con una orientación para la vida. Es decir 'Cómo vivir con 24 horas al día' (CV24H) no te dice cómo trabajar mejor — para eso GTD — sino qué proyectos debes emprender para elevar tu vida.
Yo, con este articulo, pretendo ofrecer un resumen actualizado. Es decir simplificar su mensaje y adaptarlo a las peculiaridades de los principios del siglo XXI. CV24H es muy práctico, pero por eso mismo resiste peor el tiempo; sin embargo su esencia es inmortal.
Por favor, notad que he tratado siempre de ser fiel al autor, incluso cuando tenemos alguna discrepancia. Dicho esto, me gustaría hacer diálogo sobre la obra.
El fantasma del reloj de arena
Te levantas por la mañana y tu monedero está mágicamente lleno con 24 horas de la materia prima del universo.
El tiempo es igual para todos: ningún esfuerzo lo incrementará; ninguna desidia lo disminuirá, hayas hecho lo que hayas hecho siempre tendrás 24 horas en tu cuenta. No puedes pedir tiempo a préstamo ni tener deudas. El tiempo es más escaso que el dinero.
Mi propósito es dirigirme a aquellos que carecen de tiempo para afrontar todos sus deseos, a aquellos que se enfrentan al fantasma que les recuerda, reloj de arena en mano: 'Oh, ¿qué has hecho con tu vida?' Cumplir con las obligaciones morales y legales ya es difícil, pero no nos satisface, y hasta que no nos esforcemos en perseguir una aspración más alta, no podremos escapar de ese fantasma.
Antes de emprender camino…
- Nunca tendrás más tiempo.
- No hay ni existen los secretos.
- Lo más importante es saber que administrar el tiempo es difícil.
- No basta con tener un plan. Su ejecución requiere esfuerzo constante.
- El tiempo no puede malgastarse por adelantado.
- Cada hora de cada día es una nueva oportunidad.
- Por tanto nada se gana en esperar a mañana para empezar otra nueva vida.
- Cuida tu ardor. Empieza por poco al principio. Prevé la fragilidad humana, empezando por la tuya.
- El mayor peligro del fracaso es sentirse un fracasado. Pero cuidado, se debe evitar el fracaso.
- Un glorioso fracaso no conduce a nada; un pequeño éxito puede llevar a un éxito que no es tan pequeño.
La causa de las dificultades
El menosprecio de la propia vida
Si un hombre somete dos tercios de su existencia a un tercio por el que no siente ninguna pasión, ¿cómo puede esperar vivir completa y plenamente.
Me refiero a la actitud de menospreciar las horas que se están fuera del trabajo. Durante las horas que no trabajas no eres un asalariado, eres igual al que vive de rentas. Esta debe ser tu actitud. El éxito de tu vida depende de ello. Incluso el éxito de tu trabajo depende de un tiempo libre más pleno.
Típicamente se pierde mucho tiempo libre: en el transporte, por empeñarse en vivir lejos, en las noticias, cultivando la melaconlía al salir de trabajo, fumando, jugando, haciendo un uso superficial de la literatura, la música o Internet para pasar el rato y, para rematar, dedicar cuarenta minutos a resistirse a ir a la cama.
El cansacio habitual no te puede justificar esta pérdida de tiempo, si luego, cuando tienes una cita con una mujer bonita, no escamoteas ningún esfuerzo. Ante estímulos así te olvidas del 'cansancio'. Lo que sugiero es que admitas que ese cansancio de la tarde suele ser una excusa
Una alternativa
'Aburrido… es decir, muerto'
Empieza por dedicar hora y media en días alternos para cultivar la mente. Sugiero que los dividas en media hora por la mañana y una hora por la tarde. Recuerda que debes tratarlos como los más importantes del día. Si perseveras, pronto querrás pasar cuatro tardes a la semana quizás cinco para estar genuinamente vivo.
Pero recuerda la naturaleza humana. Contente a seis días a la semana de tu programa, y si alguna vez lo haces, considéralo una situación extraordinaria, es decir: no te obligues a pasar de seis días a la semana. Contente al principio con esos noventa minutos. El uso consciente de esos noventa minutos avivarán toda la semana, añadirán pasión y aumentarán el interés que sientes en todas las ocupaciones.
Ajustes
Si imaginas que serás capaz de dedicar siete horas y media a la semana a un esfuero serio y continuado y vivir tu vieja vida, estás equivocado. Algún sacrificio habrá que hacer. Y dado que el sacrificio es difícil, te recomiendo un comienzo humilde. Empieza quedamente, sin ostentación.
Control de la mente
Es posible y de suma importancia cotrolar los propios pensamientos. La concentración es la primera piedra de una existencia plena.
Toma el hábito de concentrarte por la mañana. Elige un tema, cualquiera y concéntrate. Si llega algún pensamiento extraño no desesperes, vuelve al asunto, así tengan que ser cuarenta veces. La concentración no tiene más secreto que la perseverancia.
Aunque la materia es secundaria, ya que estamos, te sugiero un pequeño capítulo de Marco Aurelio o Epicteto. No les tengas miedo a los clásicos: sus obras están llenas de sentido común aplicable a cualquier persona.
Si te sientes incapaz, perfecto, es a ti precisamente a quien me dirijo.
La reflexión
La práctica de la concentración mental es una mera preparación. Luego deberás dirigirla, sin duda, a la más importante materia de estudio: tú mismo.
No reflexionamos sobre lo genuinamente importante: la felicidad, la dirección de nuestra vida, la razón o sinrazón de nuestros actos y sobre la relación entre nuestros principios y nuestra conducta.
Alcanza la felicidad quien se da cuenta de que ésta no procede de la búsqueda del placer físico o mental sino del desarrollo de la razón y de ajustar la conducta a los principios. Esto se consigue mediante el examen de la propia conducta, la reflexión sobre uno mismo y la resolución de mejora diaria.
Para la formación de los principios y la práctica de la conducta se puede tener ayuda de la letra escrita. Mencionaré entre otros a Marco Aurelio, Epicteto, Pascal, La Bruyere y Emerson. ¿Cuándo debería hacerse? En la tarde, más adecuada a la reflexión.
Interés en las artes
Muchas personas pierden el tiempo porque consideran que la única alternativa al ocio superficial es la lectura y no les gusta leer. Esto es un gran error.
Un simple concierto gratuito al aire libre puede elevarte, aunque no sepas nada de música, ni tengas oído. Pero si aprendes tan sólo un poco, tu interés aumentará espectacularmente, crecerás en la música cuando antes sólo escuchabas como un bebé fascinado por un objeto brillante. Para ésto basta con alguna obra introductoria, busca en tu biblioteca, escucha Radio Clásica o Radio Metal, busca algún blog, mira que organiza tu ciudad, barrio, parrioquia o pregunta a un músico.
Lo dicho para la música vale para todas las artes.
Nada es gris
Las artes no son lo más grande, sino darse cuenta de que todo en el universo bulle con vida. Desde el vuelo nocturno de las mariposas hasta tus tareas más comunes todo puede maravillarte si te acostumbras a pensar en ellos con los ojos de un científico.
Busca a todo su causa y su efecto, su qué, su cómo y su por qué. Nada, a la mente reflexiva, es gris.
Lecturas para crecer
Estimula tu mente
Lo mejor es la poesía.
Sí, ya sé que muchos preferirías dar vueltas a Trafalgar Square vestidos con un saco, pero debo insistir. Si te resulta difícil, comienza leyendo el famoso ensayo de Hazlitt sobre la literatura en general, o lee un haiku.
Recomiendo 'Aurora Leigh' de E.E. Browning, una novela escrita en verso, que te ayudará a amar la poesía. N
Nota personal del traductor: Puede ser difícil de encontrar en español, por mi parte te recomiendo, más humildemente, que te dejes de chorradas y que leas.
Desde la poesía y el ensayo, un hombre de mediana inteligencia, podrá tras un año de lectura continua e intensa atreverse con las obras maestras de la historia y la filosofía. A los grandes no hay que tener miedo, porque éstas son siempre increíblemente lúcidas.
Tu lista de lectura
No te ofrezco una lista, sino un método:
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Define la dirección de tus esfuerzos. Elige una materia, un autor o una época.
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Dedica tanto tiempo a leer, como a reflexionar sobre lo leído. De lo contrario, malgastarás tus esfuerzos.
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Olvida el objetivo final. Céntrate en lo que lees.
Peligros a evitar
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Convertirse en un tonto pomposo que pierde el sentido del humor y se siente superior a los que eran como él ayer por la tarde.
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Atarse a un programa como un esclavo a un remo
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Convertir el programa en una broma.
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Obsesionarse con la siguiente tarea, descuidando el presente.
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Fracasar por exigerse demasiado al principio.