NUESTRA OPINIÓN...
Los que nos lleváis tiempo siguiendo sabéis que yo soy muy aficionada a este tipo de lecturas que si bien no son una novela como tal, nos ayudan a entender un poco más algunos comportamientos. A mí personalmente me interesa mucho el tema de las enfermedades mentales y es por ello que cuando vi que se publicaba este libro no me lo pensé dos veces.Hace ya prácticamente una semana que terminé este libro, pero, en este caso, he necesitado unos días para digerir una lectura que me duró poco más de dos sentadas, unos días para desengancharme de esas personas que se colaron en mi vida.
Para los que no habéis oído nunca hablar de Cómo volé sobre el nido del cuco, como decía arriba, no es una novela sino un libro en el que su protagonista, Sydney Bristow, nos relata los 37 días que pasó interna en un centro para personas con problemas mentales después de intentar suicidarse tirándose por un puente. Matizar también, que la protagonista de esta historia no tiene una familia desestructurada, no tiene una vida más complicada que la que podamos tener cualquiera y no le falta el trabajo ni el dinero, es simplemente una persona con un problema que llega a una situación a la que podríamos llegar cualquiera de nosotros en un momento dado.
Pero hay más, mucho más. Primero, que todo lo que se cuenta en este libro no es más que una recopilación (y por supuesto reedición) del hilo que esta misma persona escribió en su día en forocoches contando su historia y que tuvo miles y miles de interacciones.
Segundo, Sidney Bristow es un pesudónimo, no sabemos cuál es la identidad real de la chica que nos narra lo vivido pero sí sabemos que se llama Ana y es de Madrid. Esto es lo primero que me sorprendió porque si bien sí que conocía el tema de forocoches, pensaba que estaba escrito (y vivido) por alguien del extranjero y, os parecerá una tontería, pero sentirlo de alguien de aquí me hizo acercarme un poquito más si cabe a su historia.
Como os decía, "Cómo volé sobre el nido del cuco" no es una novela, sino el relato de lo que Sydney vivió en los 37 días que estuvo ingresada en un centro de estancias breves para enfermos mentales: cómo fue la entrada, los primeros días, la vida del día a día, las actividades que se realizan, las rutinas y protocolos que se llevan a cabo, las relaciones, los avances, las terapias, las visitas a la terapeuta y, por fin, la salida... todo ello relatado, por supuesto, desde su punto de vista. Toda la narración es como una charla de amigas en la que Sydney nos los está contando a nosotros, los lectores.
En mi opinión lo más importante de la novela es, por una parte, la evolución. Es curioso ver cómo cambian las sensaciones, los sentimientos y la manera de comportarse de una persona a medida que pasan los días en un sitio como ese. Un sitio que, sin lugar a dudas, te tiene que hacer replantearte muchas cosas. Sydney nos relata cómo aprende a comportarse, cómo al principio se rebela y luego aprende lo que tiene que hacer o decir para provocar una determinada situación.
La otra parte importante de la historia, y quizá para mí la fundamental, son las relaciones. En el libro Sydney no sólo nos habla de ella, sino que nos habla de todas las personas que van pasando por el centro contándonos cómo los va conociendo, cuáles son sus historias, cómo los va viendo evolucionar y cómo finalmente, muchos de ellos salen. Son muchas las historias que conoceremos a través de las páginas de este libro, muchos, y de lo más diverso, los orígenes de los problemas de las personas que se encuentran internadas y también muchas las reacciones de las personas ante la situación que están viviendo. Todas estas historias, para mí, han traspasado las páginas. Las historias de Rhino, Sonia, Chema, ..... han ido más allá de una lectura y se han quedado conmigo tanto, que me será difícil olvidarlas en un tiempo, más sabiendo que son reales y el sufrimiento que hay tras ellas.
Y, por supuesto, entre tantas personas, habrá algunas que serán de verdad importantes para Sydney como Kike la enfermera que le dio un poco de luz a Sydney en ese primer día, Antonio, un hombre de 67 años al que nunca habría conocido en otras circunstancias y, por supuesto, todas esas personas, son parte fundamental en la recuperación de Sydney, al igual que Sydney lo es en la suya. Esto, para mí, ha sido un aprendizaje más, y es que mucha parte de esos tratamientos son las personas que te rodean.
Finalmente no quiero dejar de nombrar a la familia. Sydney mantiene con su madre y su hermana una relación complicada debido a lo que ha hecho. En cambio, disfrutaremos de los momentos que comparte con su padre y podremos entender, un poco más, los motivos de su madre y su hermana para ser con ella así gracias a la tan odiada por Sydney, su terapeuta María Vázquez. Yo personalmente también la he cogido un poco de tirria pero siendo el relato de Sydney, creo que sería complicado no hacerlo, aún así, estoy segura de que consiguió ayudarla y, también gracias a ella, Sydney está fuera y yo espero que tenga un futuro muy prometedor y lleno de planes y ganas de vivir.
En conclusión, Cómo volé sobre el nido del cuco ha logrado conmoverme, enternecerme, hacerme entender, pero sobre todo, hacer que todas, o casi todas, las personas que transitan por el libro traspasen las páginas y logren colarse en mi vida y preguntarme, yo también, qué será de ellos ahora.
FICHA DEL LIBROFRAGMENTO