Uno u otro diccionario, la describe de la siguiente manera: colonia británica, en la extremidad meridional de la península ibérica, junto al estrecho de Gibraltar. De acuerdo, más allá de ser la única colonia en Europa que pervive en la actualidad, nada de lo expuesto resulta relevante. Dicho esto, veamos entonces porqué razones se "perdió" indefinidamente hace más de 200 años, cuales son sus antecedentes históricos, las diferentes luchas por su posesión,...
"El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.[...]"
Posteriormente "el peñón" vuelve a adquirir relevancia política y militar, y el motivo no es otro que el inicio de la Guerra de Independencia norteamericana (1778), por la que España ofrecía a Gran Bretaña su neutralidad a cambio de recuperar Gibraltar, y ante la respuesta negativa de los ingleses, consumó un nuevo asedio (1782-1783) otra vez fracasado. En este sentido El Tratado de Versalles, (1783; Puso fin la guerra y reconocía la independencia de los Estados Unidos) aunque devolvía a La Florida y Menorca su titularidad española, ahondó más en la imposibilidad de recuperar Gibraltar confirmando su posesión a Gran Bretaña, cesando ahora para siempre los intentos militares por recuperarlo.
Aunque y en definitiva, como acertadamente afirmaba el Ex- Ministro de exteriores Miguel Ángel Moratinos (Primer ministro español que pisa "la roca" en 300 años), en su visita oficial al peñón en Julio de 2009 : "La soberanía la trataremos en su momento, cuando creamos que las condiciones son las más apropiadas y cuando sea más beneficioso para avanzar seriamente en la conclusión del problema", es decir, apostar por la cooperación y el beneficio mutuo de unos socios condenados a entenderse, donde sin perder de vista nuestras reclamaciones y acentuando la labor diplomática, se ponga fin a anacronismos y furiosos patriotismos, propios a estas alturas de ridículos "perejil".