Ernest Hemingway (derecha) y John Dos Passos
―Dos Passos, tu apellido se escribe con dos eses, ¿verdad? ―Lo sabes de sobra. ―Así que cuando andas, tu pie deja en la tierra una huella doble ¿Cuál es la tuya? ―Dejaré que borrachos como tú lo averigüen. Amigo Hem in way, nunca cerrarás la boca. ―John, escúchame. Antes de encontrarnos en el infierno, podemos ser los amigos que fuimos. ―¿Infierno, dices? Madrid ya es el infierno, Ernest. ―Todo está perdido entonces.