Comparaciones

Por Joseluisp

Nos comparamos con los demás cuando pensamos que ellos viven experiencias infinitamente superiores a las nuestras. Cuando percibimos que su vida personal y su vida profesional son mejores que las propias.

Nos comparamos con el pasado cuando consideramos que nuestro presente no está a la altura de todo aquello que hemos vivido a lo largo de nuestra vida. Cuando nos instalamos en el desencanto hacia el presente y en la melancolia en torno a tiempos pasados.

Nos comparamos con la perfección cuando estimamos que nuestra vida no se corresponde con esa imagen ideal que tenemos en la mente y cuando sufrimos por sentirnos lejos de aquellos modelos que asociamos al éxito.

Cuando nos comparamos nuestra cabeza se llena de conversaciones. Conversaciones en torno a las decisiones tomamos en el pasado y que nos alejaron de ese estado óptimo. Conversaciones sobre las acciones que podemos tomar en el futuro si estamos a tiempo de poder alcanzarlo. Nos obsesionamos con las alternativas que desaprovechamos en su día y con las posibilidades que se nos pueden abrir en el futuro

Sin embargo, en ambas ocasiones nos alejamos del presente. Dejamos de disfrutar todo lo que hemos conseguido y negamos las experiencias que sí están a nuestro alcance. Por si fuera poco, corremos el riesgo de adentrarnos en un estado mental negativo que nos lleva la insatisfacción, a la envidia y al resentimiento.

Las comparaciones forman parte de nuestra naturaleza humana. Es posible que la cola de al lado sea más rápida, o que el césped sea más verde al otro lado de la valla. Pero no se obsesione: nuestra tendencia a compararnos puede impedirnos apreciar aquellos regalos que sí nos ha concedido la vida. Y convertirnos en personas tremendamente infelices.