El comparar dos ciudades de la magnitud de Singapur con Hong Kong saca a la superficie una serie de valores, números, variables económicas y sobre todo sentimientos díficiles de contabilizar, pues los sentimientos son eso, algo díficil de explicar y que no a todo el mundo le produce la misma sensación algo como el ruido o el silencio.
Pues hablando de comparar Singapur con Hong Kong, las dos grandes potencias económicas de la región, el otro día me encontré con esta comparación hecha por Tiburcio Samsa en su excelente blog ASIA, BUDA Y ROLLITOS DE PRIMAVERA.
A continuación os copio su comparativa con la cual estoy muy de acuerdo, menos en el resultado final.
En los últimos meses he tenido varias veces la conversación sobre cuál es la ciudad mejor para crear una empresa si uno se quiere instalar en Asia, si Hong Kong o Singapur. Hace 15 años la respuesta habría sido Hong Kong, sin duda. Pero hoy ya no está tan claro. Por ejemplo, el informe Doing Business que el Banco Mundial publicó en 2009 sobre la facilidad en hacer negocios y en la que calificó a 181 países y territorios, sitúa a Hong Kong y a Singapur en los siguientes puestos en varias de las categorías:
Facilidad para hacer negocios: Singapur, 1/ Hong Kong 4;
Apertura de un negocio: Singapur, 10/ Hong Kong, 15;
Licencia de construcción: Singapur, 2/ Hong Kong, 20;
Reclutamiento de empleados: Singapur, 1/ Hong Kong, 20;
Registrar propiedades: Singapur, 16/ Hong Kong, 74;
Obtener un crédito: Singapur: 5/ Hong Kong, 2;
Protección de los inversores: Singapur, 2/ Hong Kong 3;
Pago de impuestos: Singapur, 5/ Hong Kong, 3;
Comercio transfronterizo: Singapur, 1/ Hong Kong, 2;
Posibilidad de hacer cumplir los contratos: Singapur, 14/ Hong Kong, 2;
Facilidad de cierre de un negocio: Singapur, 2/ Hong Kong, 13.
Es decir, de 11 categorías, Hong Kong sólo supera a Singapur en 3. Las posiciones de Hong Kong y Singapur en otros rankings son:
Mejor entorno para hacer negocios (fuente “Economist Intelligence Unit”): Singapur, 3/ Hong Kong, 7;
10 ciudades asiáticas con más futuro (“Financial Times”): Singapur, 2/ Hong Kong, 1;
Mejor nación para comerciar e invertir (“The globalisation Index”): Singapur, 1/ Hong Kong: 2;
Lugar menos burocrático para hacer negocios en Asia (“Political and Economic Risk Consultancy”): Singapur, 1/Hong Kong, 2;
Lugar con menos restricciones para la entrada de inmigrantes con talento (IMD World Competitiveness Yearbook): Singapur, 2/ Hong Kong, 6;
Eficiencia del marco legal (Global Competitiveness Report): Singapur, 2/ Hong Kong, 11.
Aquí de seis categorías, Singapur gana en cinco.
Donde Singapur da sopas con honda a Hong Kong es en calidad de vida para los expatriados. Expatriados que han vivido en las dos ciudades me dicen que Hong Kong gana a Singapur si eres un expatriado joven, soltero y con muchas ganas de marcha. Si no eres esas tres cosas, quédate en Singapur.
En un estudio de Mercer Human Resource Consulting de entre las 50 ciudades más seguras del mundo, Singapur es la novena, mientras que Hong Kong es la 43ª. En cuanto a calidad de vida, Singapur figura en el 34º puesto, mientras que Hong Kong está en el 70º.
Un estudio de ECA Internacional dice que Singapur es la mejor ciudad para los expatriados asiáticos, mientras que Hong Kong es la decimoquinta. En dos cosas gana Hong Kong a Singapur: en coste de la vida (Hong Kong es la quinta ciudad más cara del mundo, mientras que Singapur es “sólo” la decimocuarta) y en precio de los alquileres (Hong Kong es la más cara del mundo y Singapur es la decimoquinta). Con respecto a la calidad de vida, luego están algunas cosas que no salen en las estadísticas. La primera impresión cuando uno llega a Hong Kong es la de haberse metido en una colmena llena de gente, en la que cada metro cuadrado está construido.
En cambio uno sale del aeropuerto de Changi en Singapur y primero entra por una autopista de tres carriles con árboles a ambos lados. La vivienda en Singapur no es barata, pero el precio sigue siendo una broma cuando se compara con el de Hong Kong. En Singapur uno puede ir a todas partes hablando inglés; en Hong Kong hay momentos en los que conviene saber un poco de cantonés o de mandarín y, según me cuentan, de unos años a esta parte, cada vez hay más de esos momentos.
Los singapureños son amables, serviciales y cuadriculados. Los hongkonitas son más bien agresivos y pueden llegar a ser desagradables cuando se les contraría. El aire en Singapur es limpio, mientras que Hong Kong importa contaminación de la vecina Schenzhen, como si todavía necesitase más. Cuando el índice de contaminación del aire alcanza los 200 se aconseja a la gente que se quede en sus casas.
Pues bien, el pasado marzo el índice alcanzó los 400. Me imagino que a ese nivel el consejo es que no se respire a menos que sea estrictamente necesario. El tráfico en Hong Kong es el que corresponde a una de las ciudades con mayor densidad de coches por kilómetro cuadrado: muy malo. El tráfico de Singapur no es excelente, pero hay lo menos veinte ciudades en Asia con mucho peor tráfico y una de ellas es Hong Kong. Tanto Hong Kong como Singapur tienen aeropuertos modernos y cómodos, que se cuentan entre los mejores y con más tráfico del mundo, pero en términos de ubicación geográfica Singapur le gana a Hong Kong por goleada. Hong Kong está mejor emplazado para conectar con Japón, Corea y el resto de China. En cambio Singapur tiene una posición central dentro de los 10 países de la ASEAN y es el punto de tránsito natural para los vuelos que se dirigen a Australia y Nueva Zelanda. Singapur está a medio camino entre la India y el Sur de China y, desde luego, Oriente Medio es mucho más accesible desde Singapur que desde Hong Kong. A todas las anteriores ventajas se suma otra de la que se escribe poco, aunque está en la mente de todos. A medio plazo nadie espera cambios radicales en Singapur. Se espera que siga siendo una república estable y dinámica, dirigida por tecnócratas. De Hong Kong no puede decirse lo mismo. La expectativa es que cada vez sea una ciudad más china y cuando se dice china no se está queriendo decir que vaya a aumentar el número de restaurantes que ofrecen el pato laqueado en sus menús. No, la expectativa es que la interferencia del Partido Comunista Chino en el gobierno de la ciudad cada vez sea mayor y con ella disminuyan las libertades, sobre todo la de expresión.
También se ha empezado a advertir que la corrupción ha aumentado y que la situación del inglés se ha deteriorado un poco, mala señal para una ciudad que quiere atraer a compañías extranjeras. Y para rematar está la pujanza de Shanghai, cuya competencia irá haciéndose sentir cada vez más.
En fin, si yo tuviera mañana que abrir una empresa en algún lugar de Asia, no lo dudaría. La abriría en Bangkok.