Durante mucho tiempo se creyó que el desarrollo comunicativo y afectivo, junto a una adecuada alimentación y salud, eran los únicos factores en los que se debía orientar la educación de los niños y niñas pequeños. Sin duda alguno esto es totalmente cierto más sin embargo no responde a una evolución completa del niño o niña; en los últimos años una investigación neurolingüística, pedagógica y evolutiva ha resaltado la importancia que la educación artística y la creatividad, por medio de la música, la pintura, el canto, el baile o el teatro.
Un grupo de maestros nos ayudan a comprender estas cuestiones y también a recordarnos que el rol del docente esta más en escuchar que hablar, en proponer que dirigir, en preguntar o plantear entornos que configuren retos exitosos para el niño, además de crear un entorno estético para crecer en un entorno donde la sensibilidad es visible. Maestros que saben acompañar y crear situaciones que permitan a los niños poner en juego todas sus capacidades.