Son muchos los usuarios de Facebook que habrán ido al cine a ver La red social para comprobar cómo se originó aquello que les tiene enganchados a la pantalla del ordenador, y seguro que no hay más satisfacción para su director, David Fincher, que saber que al finalizar la película han accedido corriendo a sus cuentas en la red social para ponre un gran, y satisfactorio, 'Me Gusta'.
Hay personas que no acuden al cine cuando saben que se trata de una "historia real", de una película que nos narra los acontecimientos que han tenido lugar hasta llegar a lo que hoy usamos más en internet, y por ese motivo, por ese simple prejuicio, van a perderse una gran película.
Tener a Fincher detrás de esta película era un valor seguro, pues desde el arranque de la cinta sabemos cuales eran las ideas del director a la hora de transmitir y contar una historia, una lucha por sacar adelante una idea, que acabaría revolucionando el mundo virtual, tal y como lo conocemos, y que haría ganar amigos a sus poseedores y perderlos a sus creadores.
En la película vemos de forma magistral como una persona, con pocas habilidades sociales, comienza a elaborar una idea, que irá ampliando con su experiencia diaria, hasta descubrir la gran web que tiene entre manos, una web que facilitaría la comunicación a los menos sociables, pero que ampliaría horizontes a todos sus usuarios. Y es que lo que Zuckerberg, su creador, originó, no distaba demasiado de la forma de hablar encriptada y resumida, a modo de chat, que empleaba en su vida cotidiana, tal y como se mostraba en la primera e impresionante escena, y de ahí irá a más la película.
Hay películas de humor, entretenidas y comerciales, películas de amor, románticas y melancólicas, películas de acción, trepidantes y vertiginosas, películas de suspense,... muchas clases de películas que se pueden introducir dentro de un género, a diferencia de La red social, que tiene un poco de todas, y aún así no sabemos donde encuadrarla, pero nos engancha. No necesita mantener una linea uniforme dentro de un género, pues Fincher es capaz de hacer que una historia real, al menos lo que quieren hacer creer, puede ser trepidante, que la aventura de unos amigos en busca de una web fantástica para comunicarse pueda ponernos en tensión en nuestras butacas y necesitar saber que va a pasar a continuación, a pesar de saber que finalizará con lo que todos conocemos: Facebook.
Una película sobre redes sociales bien podría ser plasmada en pantalla con un toque futurista, postmoderno, neo punk, pero Fincher nos transmite la esencia de Internet desde los orígenes intelectuales del mismo, desde donde ha evolucionado constantemente, desde donde han salido las mentes más creativas de la red... desde Harvard, y ahí no hay lugar para la ficción, retratando todo con una sobriedad impactante, con una fotografía oscura y una banda sonora cercana y moderna, que nos acompaña a lo largo del complicado proceso de creación de la red social.
En lo que respecta al reparto nos encontramos a Jesse Eisenberg como Zuckerberg, Andrew Garfield como Saverin y Justin Timberlake como Sean Parker, fundador de Napster, y todos ellos cumplen perfectamente con sus funciones, aunque destaca Garfield, quien a pesar de su juventud deja claro el gran potencial que tiene, algo que ya pudimos comprobar en Leones por corderos.
Esta película es un reflejo de todos los conflictos empresariales surgidos de grandes ideas y desde la amistad, es el retrato de nuestra generación, una generación que vive por y para la red, que se comunica con avatares y dice 'me gusta' desde el acto más sencillo, el click del ratón. Es una película para tener en cuenta y plantearnos si realmente estamos luchando por conseguir nuestros objetivos y tenemos la ilusión suficiente por llegar donde nadie jamás ha llegado, que es nuestro propio destino.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.