Normalmente llamamos “competencia” al conjunto de habilidades que demostramos o podemos demostrar sobre algún conocimiento específico luego de habernos sometidos a un aprendizaje. Una competencia es el resultado de un aprendizaje.
Debido a esto es que asociamos normalmente a las competencias con habilidades específicas.
Por ejemplo,
- “Competencia técnica” es el grupo de habilidades, de conocimientos y/o destrezas demostradas en contenidos y tareas de un determinado ámbito profesional.
- O las “Competencias metodológicas” las habilidades que nos preparan para aplicar procedimientos adecuados frente a tareas encomendadas reaccionando a tiempo y adecuadamente ante los problemas.
Por supuesto que hay más formas de dividir y catalogar a las “competencias” pero… ¿qué pasa cuando tenemos una determinada competencia que no podemos encasillar en ningún sitio?
Justamente destacamos profesional o laboralmente cuando tenemos habilidades que van más allá del “saber técnico” de nuestra especialidad propiamente dicha. Nos destacan esas aptitudes y actitudes que podemos aplicar en prácticamente cualquier incidente que enfrentamos.
Formalmente se las llama Competencias Transversales o Genéricas.
Los profesores Julia González y Robert Wagenaar, en su informe del 2003 “Tuning Educational Structures in Europe” las definen así:
… las competencias genéricas identifican los elementos compartidos que pueden ser comunes a cualquier titulación, tales como la capacidad de aprender, de tomar decisiones, de diseñar proyectos, las destrezas administrativas, etc., que son comunes a todos o a la mayoría de las titulaciones. En una sociedad cambiante donde las demandas tienden a hallarse en constante reformulación, esas competencias y destrezas genéricas son de gran importancia.
Dado que no existe un plan de estudio formal, con módulos o asignaturas que normalicen el aprendizaje garantizando resultados aplicando las competencias así adquiridas, podemos decir que las Competencias Transversales no se enseñan.
Evidentemente, que no se enseñen no significa que no podamos aprenderlas de alguna forma.
Por ejemplo, la experiencia es un gran potenciador para que emerjan estas competencias genéricas.
Para mí, empezar un camino de aprendizaje en Competencias Genéricas podría seguir la siguiente hoja de ruta
- Instalar la mejora continua, el aprendizaje continuo en lo que respecta a nuestros conocimientos en nuestra competencia específica. Nada de lo que suceda en nuestra competencia específica debería tomarnos por sorpresa.
- Perfeccionarnos metodológicamente en las diversas técnicas orientadas a aplicar soluciones, proyectar y planificar.
- No somos una isla, debemos tomar conciencia de que siempre actuamos en grupo. Debemos mejorar nuestras habilidades de comunicación y el entendimiento interpersonal.
- Ser conscientes de lo que somos y sabemos. Aceptar nuestras responsabilidades y limitaciones reconociéndonos como protagonistas de nuestra vida.
Nos cuenta el Ing. español Cesareo García Rodicio en su blog
Para mejorar nuestras competencias transversales, hacen falta las tres estrategias de siempre:
- La Teoría. Hay siempre algunos conceptos básicos, generalmente relacionados con el desarrollo de la persona y de las organizaciones. Saberlos de antemano, ahorra tiempo y enfoca mejor tu aprendizaje.
- La Práctica. Se aprende haciendo, no leyendo. Todas estas competencias son un proceso de la persona, y no tienen fin. Es un aprendizaje continuo y como va cambiando el contexto, nunca se termina.
- La Evaluación. En realidad, la autoevaluación y entender que es un proceso de mejora continua. Es muy importante la auto-evaluación y auto-crítica. Es decir, el auto-aprendizaje.
Llegados a este punto de mi reflexión creo que puedo decir, sin lugar a dudas, que el Coaching Ontológico es una competencia transversal por excelencia, que puede ser incorporada o fusionada con prácticamente cualquier práctica profesional.
Es más, la práctica nos demuestra que la aplicación del Coaching Ontológico mide resultados claramente satisfactorios.
El Coaching es experiencia y como tal debe practicarse para poder evaluarlo.
Te invito a probarlo.
¡Seguimos en contacto!
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