Como os comenté en el post anterior, en el Concurso participan varios de mis amigos, todos ellos magníficos escritores, por lo que la cosa está muy reñida. A algunos los conozco personalmente, a otros solo a través de las redes sociales y los blogs; pero hace tanto tiempo, hemos compartido tantas vicisitudes, alegrías y decepciones que es como si nos conociéramos de toda la vida.
Y si algo bueno cabe destacar de este concurso es ese sentido de la amistad, ese compañerismo, cuando al fin y al cabo estamos compitiendo.
Me sorprende y me emociona que mis amigos escritores, en lugar de dedicarse a promocionar su obra y tratar de sacar ventaja (algo totalmente lícito), den continuas muestras de generosidad promocionando a los demás, compren sus obras, las lean y las comenten. Lo que dice mucho de su calidad humana y literaria.
Quiero mencionar aquí a algunos de esos amigos y "competidores" para agradecerles su generosidad y para que conozcáis sus obras, todas ellas, de una calidad sobradamente demostrada:
Mián Ros, que es el autor de la portada de mi libro y además me acaba de hacer un banner precioso,
Mercedes Pinto, una luchadora que ha alcanzado el éxito que merece, participa con Cartas a una extraña.
Rafael Costa, todo un maestro, despunta ya como uno de los favoritos con La novelista fingida.
José Luís Palma, otro magnífico escritor al que admiro, concursa con El telegrafista de Mogador.
Pat Casalá, que se lanzó a comprar mi libro en cuanto se publicó, compite con Los mundos de Esme.
Manuel Navarro, estupendo escritor y mejor persona (o al revés, no sé), nos ofrece El final de Algo.
Yo pienso leerlos a todos y os recomiendo que hagáis lo mismo porque ninguno de ellos os decepcionará.
¡Ya tenéis lectura para el verano!
De nada ;)