Debe ser el tiempo, el agotamiento o el estrés pero últimamente estoy llegando al colapso. Quizás también sea que mis dos queridos hijos están empezando a aliarse pero lo cierto es que me está entrando cada vez más un complejo de auténtico disco rallado. No te subas de pie en el sofá, no empujes a tu hermana, no pegues a tu hermano, pide las cosas por favor, no grites, y todo ello multiplicado por n veces. Lo más frustrante de todo es que a menudo tengo la sensación de que mientras yo repito y repito cual disco rallado ellos solamente oyen (si es que oyen algo) bla, bla, bla. Soy consciente que los niños necesitan que se les explique, repita, reitere y se les vuelva a explicar las mismas cosas pero hay momentos en que tengo la sensación de que no avanzamos por el camino del orden y la buena educación. Debe ser que estoy un poco como el tiempo. Para ser positivos, pensaremos en el dicho aquel que dice: Roma no se construyó en un día.