Después de unos días desaparecida, vuelvo como siempre a este rincón llamado blogosfera. Vuelvo para encontrarme con amigas y amigos blogueros a los que sigo, a los que leo y con los que, a veces, debato.
Vuelvo porque es una de las mejores maneras de mantenerse informada. Tantos blogs que se contraponen, se contradicen, se contrarrestan... tantas opiniones que a mí me permiten poner en cuestión muchas noticias, muchas ideas ya prefabricadas, mucha información "tipificada".
Estos días he estado fuera del medio y sin lectura de prensa cotidiana. Ahora estoy poniéndome al día y de todo lo que he ido leyendo en las escasas 24 horas que aquí de nuevo me hallo, hay una noticia que me ha revuelto el epigastrio, que me ha soliviantado y que me ha puesto en tensión: la noticia en la que "Washington", a través del director del FBI, Robert Mueller, avisa al planeta que hay un complot terrorista en Irán, complot dirigido por facciones del gobierno iraní para asesinar con explosivos a un embajador extranjero en suelo estadounidense.
Por supuesto "Washington" quiere imponer sanciones a Irán y va a llevar, si no lo ha hecho ya, el asunto al Consejo de Seguridad de la ONU. ¡Sólo faltaba!
Da igual que el gobierno iraní, en boca de su portavoz Ali Akbar Javanfekr, niege con rotundidad los hechos y que además denuncie al gobierno de Estados Unidos por intentar volver a fabricar un nuevo escenario para atemorizar a sus ciudadanos y que estén preocupados con el terrorismo exterior y no con los gravísimos problemas económicos a los que se enfrentan.
Da igual. Ya están buscando otro país al que atacar y ocupar posteriormente. Ya se están moviendo los hilos para conseguir el apoyo internacional y justificar sus ilegales e ilegítimas invasiones.
Lo hemos vivido otras veces, no creen? Algunas recientemente.
Esta noticia, de entre las muchas que acabo de leer, me ha dejado realmente preocupada y por cierto, entresaco un párrafo de este otro artículo "Entre sida y terrorismo", editado por Debatepress, y que no tiene desperdicio:
"De acuerdo a datos suministrados por el gobierno federal de Washington, el terrorismo ha matado en el mundo, entre 1996 y el 2001, a 24.429 personas (la misma cantidad que contrae el VIH en 8 días). Lo curioso es que para combatir este flagelo sanitario, el Ejecutivo estadounidense solicitó al Congreso en el ejercicio presupuestario de ese año la cantidad de 3.000 millones de dólares (de los que el Legislativo aprobó sólo 1.000), mientras que para mantener la lucha contra el terrorismo solicitó casi 30 veces más: 87.000 millones".
Entenderán mi preocupación, verdad?