Complots para matar a Hitler

Por Joaquintoledo

Pero cuando el plan no se pudo llevar a cabo por los mismos alemanes, este vino desde los ingleses, enemigos declarados del régimen nazi. Los comandos de Churchill venían logrando varias hazañas para los aliados  y se planteó el enviar a un par de hombres para infiltrarse entre los conocidos de Hitler y finalmente matarlo. Se pensó en el envenenamiento pero era algo en extremo difícil; también en un francotirador o de última opción una especie de hombre bomba. Churchill además propuso derribarlo desde el aire como sucedió con Yamamoto o bombardear específicamente una zona donde se encontraba por sorpresa e intensamente. Pese a ello, los resultados fueron infructuosos y nunca se llevaron a la práctica. El hecho es que para los aliados, era tremendamente chocante que los mismos alemanes acaben con Hitler, pues no querían que estos se limpien las manos por sus crímenes debido a esto. Pese a todo, nadie imaginó lo cerca que llegarían en julio de 1944…

La Operación Valquiria

Coronel Von Stauffenberg

Luego de la victoria soviética en Estalingrado, los capitales alemanes empezaron a salir del país destinándose a otros lugares del mundo. Obviamente las derrotas de ahí en más se sucedieron una tras otra y determinaron que aquel “cabo” que conducía el país, sólo había tenido suerte en sus victorias de antaño. No fueron pocos los militares que criticaron el modo de llevar la guerra de Hitler, aún desde inicios del conflicto, y que por ellos fueron destituidos. Las críticas entonces, deberían ser secretas. En África, como recordaremos, Rommel y sus África Korps se vieron obligados a retroceder hasta ser expulsados totalmente del continente. Entre los que fueron heridos en este frente se encontraba el coronel Claus von Stauffenberg, quién perdió un brazo y un ojo. Al regresar a Alemania, contactó con algunos militares inconformes con el modo de llevar a cabo la guerra por Hitler e idearon un plan.

Se apoyaron en la Operación Valkiria, un plan de emergencia militar del régimen en el que se explicaba el proceder en el caso de que estalle una guerra civil, abunde la desorganización en el gobierno o sencillamente cuando Alemania caiga en una anarquía.

Ellos relacionaron que una reacción así sólo se produciría tras la hipotética muerte de Hitler. Si el Führer moría, entonces con ciertos militares aliados se podría poner fin al régimen arrestando a las SS y Gestapo. Así entonces luego de varios intentos fallidos, Stauffenberg fue el elegido para llevar a cabo el paso final: matar a Hitler mediante una bomba. Si se podía aprovechar la ocasión de matar a Himmler, Goebbels y hasta Goering, entonces se aprovecharía. Pero hacer coincidir a toda esta cúpula del mal en la Guarida del Lobo, era difícil.

En los primeros días de julio de 1944, Stauffenberg y los conspiradores se percataron que la Gestapo ya tenía sospechas. Si bien se intentó el 15 de julio de 1944, el resultado se frustró y Stauffenberg y los conspiradores empezaron a desanimarse.

Finalmente el conde se ofrece a llevar a cabo el atentado de una vez por todas y marcha hasta Prusia oriental donde estaba la Guarida del Lobo el 20 de julio. Luego de activar la bomba, nerviosamente, a juzgar por que le faltaba un brazo, Stauffenberg ingresó a la sala de conferencias. Lamentablemente no se llevó a cabo en el edificio de hormigón, pues hacía demasiado calor, lo cual habría significado el fin para Hitler debido a que la onda expansiva de la bomba hubiese quedado retenida.

La sala de conferencias estaba ubicada en una habitación donde las paredes podían ser fácilmente vencidas por una bomba desde el interior. Si bien el conde se desanimó, decidió seguir adelante. Ingresó y observó que todos debatían acerca de la guerra, pero como la bomba ya estaba activada no podía perder el tiempo.

Dejó el maletín en el suelo lo más cerca posible que pudo de Hitler, y, so pretexto de tener que recibir una llamada, se retiró de allí hasta la entrada. Alrededor de las 12:40 la bomba explotó y el conde vio esto antes de marcharse, e imaginando que todo había terminado para Hitler, se marchó de allí para que Operación Valkiria dé comienzo.

Lastimosamente, el conde no vio algo y fue que uno de los presentes había movido el maletín y lo había colocado en otro extremo. Al explotar mató a cuatro presentes, hirió a otros cinco y también al propio Hitler quien con un brazo herido, un oído parcialmente sordo, y en completa conmoción por lo sucedido, aún vivía.

Lo sucedido después ya no corresponde al atentado en sí. Todos sabemos bien que Stauffenberg inició la Operación Valkiria, pero que debido a la torpeza de quienes conformaron la conspiración no se actuó lo suficientemente rápido como para hacer algo eficiente. Al descubrirse que Hitler estaba vivo, todo terminó, pues el Führer dio autorización para detener Valkiria y capturar a los presuntos culpables. Stauffenberg y varios más fueron fusilados y miles de personas involucradas, llevas a juicios, teniendo distintos fines.

Cuando los aliados se enteraron de esto, se mostraron indiferentes, pues reiteraron que sus intenciones eran las de acabar con Hitler ellos mismos, además temían que una Alemania regularmente fuerte, sea la que quede durante la guerra. Todo parece indicar que este fue el último intento por acabar con Hitler. Al final lo que nadie pudo hacer, lo haría él mismo el 30 de abril de 1945, con su pistola en el búnker de Berlín. Quizá una de esas ironías del destino que quedaron para la antología.