Compra: ¿Eliges Tú o el Marketing? (I)

Por Aranchawp @MeigayCaldero
La crisis nos ha hecho ser más responsables a la hora de comprar. Evitamos comprar por impulso, en la medida de lo posible. Comparamos precios. Esperamos al período de rebajas para hacer ese gasto importante, pero necesario. Pero hay algo que todavía nos hace comprar lo que no necesitamos en supermercados y grandes superficies: el marketing.
A continuación te doy unos cuantos consejos para protegerte de esas técnicas que sólo benefician a una parte, que no eres tú, claro.
Como hay mucho que contar sobre este tema, el post estará dividido en dos partes. En ésta, la primera, te diré qué hacer antes de ir a comprar y qué tener en cuenta respecto a los precios.
Vamos a ello...
Antes de ir a comprar
Haz una lista de la compra antes de ir a supermercado. Hay dos técnicas que funcionan:
  • Apuntar las cosas según te vayas dando cuenta de que te faltan y hacer un repaso general antes de hacer la compra. Así no se te olvidará nada y evitarás dar vueltas sin rumbo por el súper, que ya veremos que es lo peor que se puede hacer.
  • Ordenar la lista de la compra siguiendo el itinerario que sueles hacer por el establecimiento. Solemos ser animales de costumbres que seguimos un patrón, algo que utilizan los expertos en marketing pero, en este caso, eso juega a nuestro favor. De esa forma, no tendrás la tentación de pasar varias veces por los pasillos porque se te ha olvidado algo.

La compra se debe ir a hacer con el estómago lleno. Ir justo antes de comer o cenar es el detonante para comprar más y peor. Es más fácil comprar por impulso cuando se tiene hambre, además de tender a adquirir alimentos muy calóricos y poco saludables.
Otro de los puntos importantes a tener en cuenta para hacer una compra responsable es ir sin prisa pero sin pausa. Ir a pasar la tarde haciendo la compra es la forma perfecta de salir por la línea de cajas con muchos artículos que no necesitas y poco dinero en tu bolsillo.
Si puedes, elige horas en las que haya poca afluencia de público. Cuando hay muchas aglomeraciones solemos comprar más, porque permanecemos más dentro del establecimiento y perdemos la noción del tiempo.
Ve a hacer la compra sin los niños, a ser posible (ya se que es difícil). No sólo ralentizarán tu recorrido, además son más vulnerables a las técnicas de marketing y es más probable que te lleves cosas de las que se han encaprichado y que no necesitas.
Y, hablando de niños, bajo ningún concepto les lleves en el asiento del carro de la compra: hay muchos productos que se colocan precisamente a esa altura, para que los peques lo vean y lo quieran automáticamente, precisamente el tipo de cosas que no vienen bien ni a su salud ni a tu bolsillo. 
Y, por cierto, esos carritos de juguete tan monos que tienen algunas grandes superficies, también están diseñados a ese fin. Todavía con un modus operandi más malévolo aún: no sólo consiguen que los niños vean las cosas que ponen a la altura de los ojos, es que además están a su alcance... y al del carro. El niño mete lo que quiere en el carro, como papá y mamá... y luego quítaselo al llegar a la caja si tienes valor.

Los precios
Algo que debes tener en cuenta es que, algunas grandes superficies, bajan los precios de los productos de primera necesidad hasta el punto de casi perder dinero con su venta. Y te preguntarás el porqué: porque irás a comprar estos productos ya que son un verdadero reclamo, pero seguro que adquirirás otros en los que el precio es mayor de lo necesario y en los que ellos tienen un gran margen de beneficio. Haz cuentas y estudia si te compensa comprar allí.
Estudia también los precios y calidad de los productos frescos y congelados. Te sorprendería saber cuánto puedes ahorrar comprando en establecimientos tradicionales el pescado, la carne, la fruta y los embutidos. Y, la falta de tiempo no es una excusa, en el caso de carnes y pescados puedes ir una vez cada cierto tiempo y congelarlos. Y la fruta y verduras serán siempre de mejor calidad en la frutería de al lado de tu casa (o de tu trabajo), piensa que ellos compran menos cantidad y, por lo tanto, pueden permitirse que frutas y verduras tengan un punto de maduración mejor; las grandes superficies compran mucho y muy barato, pero les tiene que durar, lo que significa que su maduración es mínima. Tu bolsillo y tu salud te lo van a agradecer, creéme.  
El truco del 3x2: esta técnica, muy usada por las grandes superficies, puede no ser tan beneficiosa para ti como parece. Pueden ocurrir varias cosas: que el 3x2 no sea tal, porque los precios se han subido momentáneamente respecto a los habituales y el ahorro no existe; que el establecimiento quiera darle salida al stock de ese producto (cercanía de la fecha de caducidad, por ejemplo) o que, aprovechando que pueden comprar muy barato a los proveedores si las cantidades son grandes, a ellos les compense realmente vender 3 por el precio de 2. 
Ten también cuidado con la psicología de los precios. Aunque todos lo sabemos, los precios terminados en 9 nos siguen gustando mucho y los vemos más pequeños que los números redondos. Ver el mismo precio en un producto y que nos hayan quitado cantidad, hace que no seamos conscientes de una subida de precio encubierta. O ciertos productos envasados en los que el precio nos parece razonable pero, cuando nos fijamos a cuánto sale el kg. puede resultar abusivo.
Y hasta aquí llega la primera entrega de este post. En la segunda te hablaré de qué evitar in situ cuando estás haciendo la compra para que no te manipulen (en exceso), algunos trucos para que el paso por caja no sea otra trampa más y algunas curiosidades que te resultarán interesantes.
Te animo a practicar estos primeros consejos para una compra responsable. Doy fe de que funcionan, por eso quería compartirlos contigo.
¡Hasta pronto!