Cuando hablé con ellos por teléfono me comentaron que no recomendaban los pañales tipo babykini, que estorbaban más que otra cosa y que tampoco eran una maravilla anti-escapes, que era mejor llevar al bebito simplemente con un bañador y que no me preocupara porque esterilizan las piscinas.
Así que el mismo lunes cogí el coche (y al bebito, obviamente) y nos fuimos a uno de los centros comerciales más grandes que tengo cerca para buscar un bañador para él y otro para mi. Muy difícil asunto porque, como todos sabemos, el 2 de agosto no es día ya para vender bañadores, toallas de playa ni chanclas, no, a principios de agosto lo normal es vender bufandas, gorros y jerseis de lana.
La única tienda que vendía bañadores de bebé era Mothercare, que me encanta, pero cuyas tallas temo.
Mis dos adquisiciones:
Talla 9-12 meses. Lo estuve dudando mucho pero, teniendo diez meses, ¿cómo se lo iba a comprar más pequeño?. Al fin y al cabo tiene cordones, ¿no?. Vale, pues le está grande. No enorme, pero sí grande. Los cordones se pueden apretar pero en el agua se desatan constantemente. Este fue el que probé el lunes y el pobre enseñaba la rajita del culete cada dos por tres. Pasable.
Talla 6-9 meses. Lo medí con el otro y era casi igual, ¡qué bien hacen las tallas!: ambos bañadores miden, de costura a costura, 20.5 cm. Así que me atreví, a pesar de estar por debajo de la edad que tiene el niño. No tiene cordones. Le está grande y peor que el otro porque no se puede apretar. Vi que tenía goma interior en la cinturilla, así que abrí. No tenía que haber abierto las costuras porque no tengo mucha idea de coser pero el daño ya estaba hecho. Resultó que la goma estaba cosida al bañador y, cuando fui a tirar de ella, se rompió. He hecho un apaño en el lado derecho, no sé si nota mucho o no. La verdad es que viéndolo en casa con detenimiento tenía que haberme dado cuenta de que era grande, a simple vista, pero es que me tuve que pelear con una pesada y estaba deseando marcharme de allí.
Yo tuve más suerte, menos mal. Entre en Calzedonia sin esperanza ninguna (ya me veía con un bikini deportivo de hace 10 años que me está tan grande que puedo llevarlo a lo Julián Muñoz) y encontré dos bañadores súper rebajados, clásicos bañadores de piscina, así que bien y rápido.
Conclusión. Los bañadores se compran en mayo/junio. Estos bañadores le estarán bien el verano que viene., no hay mal que por bien no venga. ¿Quedará algo en el Corte Inglés?. Me voy a meter un bañador de estos en el bolsillo y si encuentro algo, comparo tallas. ¡Me veo comprando talla 3-6 meses!.