Compras navideñas

Por Pilarm
Tengo una amiga -sí, tengo amigas que todavía me aguantan, es asombroso-, a la que llamaré loca para no desvelar su personalidad -¡Hola Carmen!-, que decidió que quedarámos un viernes por la tarde para ir de compras navideñas. Como véis, lo de loca le viene al pelo.
Pero en su momento cuerdo, se dio cuenta que el centro de Madrid no era un buen sitio, así que no fuimos hasta allí, nos encontramos en otro punto, unos grandes almacenes famosísimos que nos dicen cuándo es primavera, Navidad, los días de oro y lo que haga falta.
La cuestión es... ¿morimos ahí dentro? No. Sino no estaría escribiendo esto. ¿Fue cansado? Tampoco, porque fuimos a tiro hecho. Ella ya sabía lo que iba a comprar y lo pedimos. Y entonces, ¿por qué voy a escribir sobre compras navideñas sino me voy a meter con ellas vilmente? Porque fueron las compras más rápidas de toda mi vida en esta época del año. Porque fueron breves, rápidas e indoloras. E incluso diría que hasta con menos gente que en verano.
¡Aleluya!
La peor parte viene porque yo todavía no he hecho mis compras, y estamos a 21 de diciembre. Así que he decidido que este año no voy a hacer compras. Vamos, que me voy a ahorrar sangre, sudor y lágrimas -aparte de dinero, que está la crisis muy mal-, y sobre todo, no me van a salir esos instintos asesinos cuando llegas a Sol una tarde de fin de semana a las 18.00, que es más o menos la hora a la que todo el mundo se le ocurre ir a comprar al centro. Luego se colapsa el metro, la gente y cierran calles, lo normal, vaya.
Lo que voy a hacer, aparte de fabricar mis propios regalos con mucho amor y tiempo libre, es haceros un regalito adelantado de Navidad. Ya que sois fieles lectores, os debería cuidar un poquito, digo yo. No mucho que luego os acostumbráis y me váis a estar exigiendo oro y riquezas.
Mi regalo es una recomendación de blog. Me lo he currado eh... si os gusta leer mala baba, imagino que sí porque sino no me leeríais a mí, aquí la loca, mi amiga, escribe sobre tele, actores/actrices y pelis. El humor que tiene no lo aprendió de mí, pero casi, para qué nos vamos a engañar.
El hueco en mi estantería
Si pincháis ahí, llegaréis a un mundo nuevo lleno de más letras. Sólo os hago un aviso, como me abandonéis por ella, os mando a El Grinch -por la época en la que estamos-, eso sí, con mucho cariño.
P.d: ¿Habéis visto que bien hago publicidad encubierta?
P.d2: ¡Felices fiestas!