Hace ya mucho tiempo que compro por Internet. Me inicié vendiendo y comprando en Ebay con su sistema de pujas, hasta que llegaron los grandes chinos como Dealextrem y Aliexpress (y similares). Desde entonces se puede decir que solo compro en Aliexpress, dónde se puede adquirir prácticamente de todo: ropa, artículos de belleza, artículos de deporte, de regalo, para la cocina, chismes electrónicos de todo tipo, calzado, móviles, etc...
Lo que en su día era algo que hacían solo unos pocos, actualmente se ha convertido en una tendencia al alza, vamos, que se ha disparado. Esto, en parte, ha sido gracias a la difusión que se ha dado de estas tiendas online en foros, Facebook y redes sociales de todo tipo. Tan solo hay que buscar «aliexpress» en Facebook y te sorprenderá la cantidad de páginas especializadas en la compra de cualquier tipo de artículo, donde los usuarios reflejan sus experiencias, y donde se aprende qué merece la pena comprar, y qué no.
Uno de los mayores reclamos que usaron estas megatiendas chinas fue la ausencia de gastos de envío a la hora de mandar sus mercancías.Cuando años atrás se lo decías a alguien, no te creía. Y el volumen fue creciendo, y creciendo y creciendo, hasta el día de hoy. Y aquí es donde entra nuestro «querido» Correos.
Lógicamente, al principio eran pocos los envíos procedentes del lejano oriente de los que se tenía que hacer cargo Correos para su entrega al comprador final, y hasta no hace mucho, los paquetes que no entraban en el buzón te los entregaban en mano si estabas en casa. Pero eso ha cambiado, por que desde hace un tiempo, solo te dejan el impreso para su recogida en la oficina de correos con un nuevo sello que dice algo así como «EL PAQUETE EXCEDE EL TAMAÑO DEL BUZÓN. RECOGIDA EN LA OFICINA», o algo muy parecido.
Y tras varios sucesos algo extraños con las fechas de entrega y consultarlo con el personal de la oficina de Correos de mi barrio, me remitieron a la Central Logística de la zona, desde donde se gestiona todo lo que llega para su entrega. Y allí que fui hace un par de días a ver si me aclaraban el asunto.
Me atendieron dos empleados, uno de ellos de mayor rango que el otro, y no hacían mas que mirarme como las vacas miran al tren, y mirarse el uno al otro como no sabiendo qué decir. Resumiendo un poco, me confirmaron lo que yo ya sospechaba: es tanto el volumen de lo que llega de China, que supera sus expectativas y se quedan cortos de personal para gestionar todas las entregas. Me decían que Correos está para ganar dinero, en clara referencia a que como los envíos desde allí son gratuitos o pagan prácticamente nada, ellos no sacan beneficio. Así que de ahí viene el cambio que comentaba antes a la hora de entregar paquetes que no caben en el buzón. Me explicaron alguna otra cosa con la que no estaba de acuerdo, pero ya me habían dejado claro el asunto.
Volviendo a casa iba dándole vueltas al asunto, y llegué a la conclusión de que no tardará mucho el Gobierno en meter mano en el asunto, ya que pudiendo sacar una buena tajada de ello, sería un desperdicio no hacerlo. Y cuando llegue ese momento, nos habrán jodido a todos. Así de sencillo. Será tan fácil como gravar en aduanas todo lo que supere una cantidad, y a partir de ese momento, colega, si te quieres comprar unas zapatillas de 20 euros, tendrás que pagar otros tantos en concepto de aranceles.
Ya me diréis si tengo razón o no... Tiempo al tiempo...