A falta de cuatro jornadas para el final de la Liga, las lesiones se están multiplicando. Quizá el ritmo es muy exigente, puesto que está absolutamente todo en juego.
En el caso del Málaga podemos afirmar que se trata de un aspecto tan negativo como frecuente. Jesús Gámez, Manolo Gaspar, Stepanov, Apoño, Obinna, Caicedo, el inédito Jordi Pablo… Y a la cabeza de la lista, Helder Rosario. El portugués ha concluido su participación en liga con dos horas escasas.
Su debut llegó en la jornada 33 ante el Valladolid. Ayer repitió titularidad, pero a la media hora de juego se volvió a romper: lesión muscular en el adductor mediano de la pierna derecha. Adiós a la temporada.
Algo habrá que hacer. El portugués es un gran central, y así lo demostró en su primer año, formando una de las mejores defensas de Segunda junto con Weligton. Sin embargo, su escasa vocación profesional le ha llevado a encadenar una lesión tras otra. Mientras la mayoría de jugadores se cuida en verano y extrema su preparación, Helder Rosario no tuvo reparos en comentar que se pasó el verano “de barbacoa en barbacoa”. No hizo falta más, sus casi 15 kilos de más hablaban por sí solos.
No anda sobrado el Málaga de dinero para permitirse un jugador así. Y más teniendo en cuenta el papel tan brillante que están desempeñando los jugadores del filial.