El principal objetivo de cualquier empresa tanto a nivel interno como externo es la transmisión correcta y coherente de los mensajes que definen la imagen de la misma. Sólo así va a ser posible llegar a ser rentables y productivos. Pero si éste mensaje va a través de intermediarios corre serio riesgo de trastocarse hasta prácticamente desaparecer la idea original, debido a que no sólo está el mensaje literal que se emite, sino que además hay que sumar las diversas interpretaciones que emisor y transmisor realizan, las cuales son transcritas en el mensaje y al no tener posibilidad de reformular o alargar la conversación para dudas surgidas, finalmente nos quedamos con un contexto que difiere del original y pone en peligro la consecución del objetivo.
Para conseguir una consecución del objetivo es necesaria la participación de todos, desde arriba hasta abajo. La participación se consigue gracias a la implicación a partes iguales en tareas dentro del proyecto, valorando y estimando la viabilidad o no de las propuestas presentadas, apoyando a cada empleado con su participación, respetando tanto al colectivo como al individuo, sólo haciendo posible una comunicación horizontal interna será posible sentirse parte de un equipo que trabaja con objetivos definidos. Equipos donde la consecución de metas no está al servicio de unos pocos interesados, tratando de captar atención y poder a su persona, al contrario se trabaja cuerpo a cuerpo por el logro de objetivos comunes, que afectan a todos, y cuya obtención igualmente va a beneficiar a todos.
El establecimiento de la comunicación horizontal favorece la interacción y el díálogo entre personas así como una mirada directa en donde se pueda establecer una conversación bidireccional en el mismo plano llegando a consenso por la puesta en común de las diferentes propuestas y eligiendo la mejor opción para todos. Se generan vínculos no sólo a nivel de compañeros, sino a nivel empresarial, lo que va a repercutir de manera muy positiva en el rendimiento y productividad de la misma. La comunicación horizontal obliga a un contínuas conversaciones tanto a nivel interno del departamento como a nivel externo, interdepartamental, ya que al tomar las decisiones por un consenso de puesta en común y no estar impuesta por directiva, es necesario por parte de todo el equipo tener conocimiento detallado para poder evaluar coherentemente.
Gracias a la comunicación horizontal y los vínculos generados por ésta, se generan las historias con las que cuentan las marcas para fidelizar a sus clientes e incentivar a sus empleados. Para ello es necesario que la marca se cree sobre los valores que la sustentan, el físico o su producto, el emocional, los vínculos generados y la responsabilidad social, ser fiel a la filosofía que vende. Los juegos aportan estos tres valores gracias a la interacción entre miembros del equipo y la consecución de las diferentes metas propuestas.
La comunicación horizontal tiene como objetivo establecer dinámicas lúdicas para que a través de la diversión el aprendizaje sea más efectivo y quede retenido la mayor cantidad posible de información para poder ser usada. Gracias a que huye de las jerarquías y busca la unión a través de la involucración, da rienda suelta a la creatividad poniéndola al servicio de los mejores resultados para cada momento.