Jack Andraka, nacido en 1997 (lo escribo aquí al principio porque cada vez que lo pienso me parece más increíble), no es un niño normal. ¿Qué persona pasaría horas y horas buscando en Google una proteína que diferenciara al que tiene cáncer de páncreas del que no lo tiene? ¿Quién elaboraría un procedimiento para desarrollar un sensor para diagnosticar cáncer de páncreas, incluyendo los materiales necesarios, los precios, el calendario que habría que cumplir, y lo mandaría a 200 investigadores de una importante universidad a ver si alguno le hace caso? Desde luego hay que tener un gran convencimiento de lo que estás haciendo es correcto y una gran motivación.
Por supuesto, a pesar del gran mérito que tuvo Jack, nunca podría haberlo hecho sin la ayuda de investigadores cualificados y una suficiente financiación. Además, no fue el primero en pensar en la mesotelina como biosensor y tuvo bastante suerte para que un pensamiento a priori tan sencillo, pudiera ser viable en la vida real. Aún así, este chico es digno de admiración (en Estados Unidos es ya una figura conocida al que llevan a dar charlas motivacionales) y hay que reconocerle todo su mértito.
Al margen de este descubrimiento, Jack Andraka ha dicho en alguna entrevista algo que, como Biotecnóloga y estudiante, apoyo totalmente. Internet es un sitio libre, y por eso, además de buscar lo que tú quieras, puedes escribir también lo que tú quieras. Necesitas saber que lo que estás leyendo es real y contrastado. Cuando buscas información científica fiable, tienes que recurrir a revistas científicas del tipo Nature o Science (nombro estas porque podrían ser conocidas para las personas que no conocen mucho este campo). Sin embargo, muchas de estas revistas tienen sus artículos restringidos a sus suscriptores y, si quieres leer un artículo concreto, tendrías que pagar por él hasta 30 dólares. Los universitarios que estudiamos carreras de ciencias, solemos poder acceder cuando nuestra universidad está suscrita a esa revista, pero en muchas ocasiones, el artículo que te interesa para completar tu trabajo, no forma parte de una revista que puedes leer de forma gratuita. Jack comenta que esto no debería ser así, que el conocimiento científico debería de transmitirse libremente para el beneficio de quien quiera aprender algo nuevo. Yo entiendo que las revistas son un negocio y que la investigación que lleva hasta un artículo tiene detrás mucho trabajo, dinero y esfuerzo. Aún así, creo que se debería buscar un modo de abaratar los costes de estos artículos y revistas, porque eso despertaría más interés en la población y puede que aparecieran más casos como el de Jack Andraka.