Hay momentos que se convierten en caminos para otros. Son los momentos en los que descubres que una parte de ti continuará en los corazones de los demás. La palabra, el gesto, ha encontrado para siempre un lugar donde ya sólo podrá germinar.
"Llegaste nuevo este año y desde el primer día supimos que ibas a ser un profe de los que marcan, de los que nunca olvidaremos, pues desde el primer día ya nos mostraste tu luz. Una luz que irradia todo tu entorno. Una luz brillante, bonita, pura. Una luz que transmite paz, seguridad, bondad.
A lo largo del año nos has enseñado muchísima filosofía, y en muchas de tus clases se ha creado verdadera magia. Has conseguido crear momentos en los que de repente el tiempo desaparece y las paredes encarceladoras de clase se derrumban, al igual que la jaula en la que se encuentra nuestra mente, y en ese momento, emanan maravillosas ideas de nuestras cabecitas, generando debates, desarrollando alguna idea, descubriendo que la capacidad de pensar y de saber supera todo el límite académico impuesto.
Hemos aprendido mucho acerca de los grandes filósofos, pero, sobre todo, hemos aprendido mucho de ti. Nos has enseñado que, para alcanzar nuestras metas, los caminos son infinitos; nos han enseñado a confiar en nosotros mismos cuando ni nosotros lo hacíamos; nos has enseñado a no rendirnos.
Nunca olvidaremos tus brillantes ojos cuando hablas de Ana (que por cierto nos la tienes que presentar algún día). Gracias a esos momentos nos has demostrado que el amor es real, que existe, que te hace feliz, que amar te hace vibrar, te hace crecer, te libera. Somos aún muy jóvenes para entenderlo, pero gracias a ti nos hacemos una idea de lo que es el amor verdadero hacia alguien.
Tampoco olvidaremos tu micrófono y sus sonidos, tus gorritos en invierno, o tus múltiples bromas que, ingenuos de nosotros, nos creíamos.
David, contigo nos hemos sentido valorados, apoyados, queridos, libres. Nos has inspirado mucho este año. Nos has hecho crecer, y no solo mediante la filosofía, sino mediante todas tus charlas motivacionales, consiguiendo que confiáramos más en nosotros mismos, aprendiendo a relativizar, a cuestionar, a amar..." (Sergio, Ana, Noa, Inés, Sara y Malena)