Pero lo cierto, lo irrefutable es que el pasado ya no existe ni volverá. Las cosas suceden y como tales hay que aceptarlas desde el presente.
Según los profesionales, cuanto más nos aferramos al pasado y a lo que pudo ser y no fué, más es el sufrimiento y más largo es el tiempo que necesitamos para recuperarnos de esa pérdida. Y lo que generalmente desea todo humano es no sufrir o sufrir lo menos posible. Por ello debemos ser consciente que no podemos tener a nuestro lado a una persona a la fuerza. Que los hechos son los que son y no tenemos capacidad de cambiarlos porque ya pertenecen al pasado. Que, si en caso de querer volver con nuestra pareja y hemos intentado por todos los medios arreglar la situación y no ha habido forma, no queda otra que asumirlo y marcar un nuevo rumbo a nuestra vida. Toca entonces replantearse la situación actual, aceptar los hechos y no seguir “flagelándose” con ideas y pensamientos de lo que pudo ser y no fué, y empezar a trabajar para el futuro.
No es fácil hacer “borrón y cuenta nueva”. Una ruptura es un cambio radical en la vida de las personas y afecta a los sentimientos, las costumbres, los hábitos diarios, las relaciones personales, el trabajo, etc. Y todo lleva un proceso de adaptación a la nueva situación.
Si nosotros mismos no somo capaces de remontar la situación con los consejos y técnicas que podamos encontrar en páginas de ayuda como esta, es recomendable que busquemos el apoyo y asesoramiento de un profesional que nos guie en ese camino. Sabemos de mucha gente que no han sabido buscar la ayuda adecuada y han caido en profundos estados de depresión o ansiedad.
Debemos tener claro que nada es eterno, que de todo se sale, y todo se supera. Simplemente debemos saber por que camino andar y buscar los apoyos o técnicas adecuadas. ¡ A por ello!