Con durruti

Publicado el 31 marzo 2013 por Anarod
  
LLevo ya casi un mes pensando en esta entrada (y suspendiéndola), porque su título no puede ser otro, y acaso suene excesivamente pretencioso, a priori, pero no hay alternativa.
 Rehago el camino que creía vencido, cuando a finales de febrero viajé a Asturias y a León para hablar de mi novela en distintos foros.

Estuve en León participando de verdad en una tertulia de lectores inspirada por mi amigo Luis Artigue: un nutrido grupo de lectores muy curtidos (iban a enfrentarse después con ls Palmeras salvajes de Faulkner), cuyas impresiones y comentarios y preguntas no cayeron en saco roto, al contarrio. Aún los recuerdo cuando escribo.

  
La tercera vez que mi amigo Luis Artigue (el gran inspirador de todo) me comentó que a quien también le había gustado mucho mi novela era a Manolo Durruti, sobrino del afamado líder anarquista y mayormente por el modo en que trataba todo el asunto, harto él de leer muchas cosas incalificables, me planté algo mosqueada y le dije que yo, eso, no lo podía contar así como así, que o me lo demostraba o...
Los teléfonos móviles de los que suelo abominar, valen para para que lo valen... Y así Luis Artigue en la mañana de sábado localizó a Manolo Durruti, que andaba cogiendo orquídeas salvajes en las inmediaciones, dado que es botánico y... naturalista (lo que cuadra muy bien con la estirpe).

Quedamos en vernos a media mañana en una cafetería de León, y aquí está la prueba del encuentro.
  
De la emoción y de lo sucedido iré hablando, con el tiempo.
Ya anticipo que lo que más me conmovió fue comprobar la energía en la gesticulación. Claro que se parecen, en los pómulos y otros rasgos faciales (por no hablar de la boina, sucedáneo de...), pero habría que ver el antebrazo y la mano... al gesticular y hablar de...
Iñaki Hurtagarín
el sociolisto
o... al pasar frente a una Caja bankaria... el Autoservicio.
¡Genio y figura!
Y yo aquí, pendiente de contarlo en extenso.
Gracias!