“Con esos apellidos, NO conseguirás trabajo”
Si, ese fue el comentario que un gerifalte a dedo del gobex extremeño le hizo a un joven sobradamente preparado cacereño, a causa de sus apellidos, no heredados de defraudadores, delincuentes o perceptores de sobres B, sino de quiénes habían osado defender democráticamente ideas de justicia, progreso e igualdad; no me extraña que muchos contribuyentes se escondan en el anonimato o en la sombra del silencio para no condenar el futuro de sus hijos o no ser marginados ellos mismos, dado el espíritu de revanchismo y sectarismo renacido y aplicado metódicamente en el último trienio; ojo al dato, en nuestra historia tenemos suficientes experiencias de desencuentros inciviles, por lo que considero necesario estar atentos a estas alarmas sociales para no repetirlos episodios más trágicos de nuestro pasado colectivo menos glorioso, no vaya a ser que provoquemos el renacimiento de una sociedad dividida y enfrentada.
Conocidos los resultados electorales del reciente 25 de mayo, muchos creemos y manifestamos haber ganado, y yo deseo sinceramente que los ciudadanos hayamos ganado con nuestra apuesta depositada en las urnas o en la abstención, pues los resultados conforman un paisaje de representación política bastante elocuente: los votantes que se sienten protegidos por la fortuna y el poder se mantienen leales a las opciones conservadoras de derechas y el resto, los que se consideran olvidados o utilizados, dispersan su fuerza mayoritaria en múltiples opciones políticas de izquierdas, algo no novedoso en España, debido a la inexistencia de un mensajero y un mensaje actuales suficientemente atrayentes para unirles en un proyecto común único en Europa.
Cercanía, sencillez, honestidad, transparencia, igualdad, nivel de vida similar al de los representados, eliminación de los privilegios, ejemplaridad, responsabilidad, fidelidad representativa, defensa de los servicios públicos básicos, persecución de la injusticia, veracidad ……esto es lo que piden los ciudadanos de sus políticos e instituciones, en muchos casos aislados y escoltados en la nube del formalismo y protocolo democráticos.
La mayoría de los que gustan sentirse líderes,manifiestan haber escuchado el mensaje del pueblo el 25M,y que seguirán trabajando en Europa al lado de los ciudadanos que peor lo están pasando; es conveniente poner en común los mensajes que cada uno de ellos escucha, ello enriquecería con interesantes matices el servicio público que todos ellos DEBEN prestar al pueblo español en el parlamento europeo y en todas las instituciones representativas en todos los ámbitos territoriales.
Ni que decir tiene que tenemos inflación de ofertas políticas de izquierdas y eso confunde,y no es bueno, nada bueno, para esa mayoría de votantes que no pueden ser representados por políticos conservadores. Ese es un gran déficit, EL DEBE, de todos los responsables de las siglas de izquierda, que tienen la obligación ética y humanitaria de asumir su responsabilidad con humildad y honestidad y esforzarse en cooperar por el bienestar de la población, sin escudarse en el “y tu mas que yo” ni desencuentros anacrónicos.
Alguien dio un paso adelante asumiendo su responsabilidad interna y otros aún no, pero aclaremos que la fragmentación y enmarañamiento de la convivencia democrática en España excede de la dispersión electoral progresista, teniendo mucho que ver con los privilegios y cobros en B protagonizados por muchos políticos de derechas, simpatizantes y colaboradores (obviando la ley y los usos y costumbres que la mayoría considera decentes) frente al empobrecimiento de la población, lo que está provocando esa alienación de los ciudadanos a los dos grandes bloques citados: los protegidos y amparados por la élite conservadora y los olvidados, perjudicados u oprimidos por ella;en este caso, los apellidos elitistas no son objeto de apartheid o revanchismo,sino de mimo privilegiado y trato de favor, ¡faltaría más!.
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