Con la virgen de fátima en rollán

Por Joseantoniobenito

CON LA VIRGEN DE FÁTIMA EN ROLLÁN

He vuelto a la iglesia parroquial de mi pueblo de Rollán y me he encontrado nuevamente con la tierna y misericordiosa mirada de la imagencita de Fátima, la que siempre he contemplado y nunca me canso de contemplar cuando vuelvo. ¡Cuántas gracias, cuántas vivencias! Al tomarle la foto os comparto su imagen, algunos datos históricos y las coplas que le compuso mi madre.

El pasado Sábado Santo del 2107, 15 de abril, pude gozar del Jubileo de Fátima, con motivo del centenario de las apariciones de Nuestra Señora. Como todo peregrino, comencé en el pórtico del centenario, atravesando la Puerta Santa, afirmando mi fe con el Credo y con el propósito de dejar todo lo negativo y apostando por una vida nueva en Cristo. El segundo momento fue el rezo del Rosario por la paz del mundo en la Capilla de las Apariciones. El tercero fue la oración en las tumbas de los Pastorcitos (Francisco, Jacinta y Lucía) presentando al Señor nuestra oración por el Santo Padre y sus intenciones. Por último, acudimos a la Capilla del Santísimo Sacramento donde acogiendo el llamado de la Madre nos unimos a todos los hombres y mujeres que luchan por un mondo de paz. 

La imagen data del año 1948, 30 años después de las apariciones, cuando en el mes de octubre, Jesús Cardoso Llorente, vecino de Lisboa, donó a la Parroquia una preciosa imagen de Nuestra Señora de Fátima, traída de Portugal y entronizada el día 13 del mismo mes con solemne fiesta. Todo fue precedido por una novena. Hubo confesión, comunión general, los enfermos fueron llevados a los pies de la Virgen; todos se disputaron el honor de llevar o al menos tocar las andas durante su recorrido triunfal; se puso de manifiesto la gran devoción que el pueblo siente hacia la Santísima Virgen.

En 1950, el Obispo de Salamanca, Monseñor Francisco Barbado Viejo, hizo su visita pastoral a Rollán y confirió el sacramento de la confirmación a muchos jóvenes y adultos. Al enterarse de la enfermedad y la devoción por la Virgen de Fátima de mi madre María Antonia la suscribió a la revista "El Sol de Fátima". Como gratitud al Prelado, le dedicó unas coplas desde su lecho.

Mi madre María Antonia contaba 18 años y había contraído una grave enfermedad –septicemia de sangre- provocada por una hierba que se le incrustó en la piel; y que evolucionó hacia una pleuresía que le postró en cama por más de un año. Gracias a los cuidados del buen médico, don José Castellanos, y la intercesión de la Virgen se restableció  totalmente, llevando el hábito de la Virgen de Fátima durante una temporada.

La enfermedad le sirvió como gran prueba de madurez y de incremento de su amor a la Virgen que ya vivía gracias a la abuela María del Pilar y en su compromiso de mayordoma de la Virgen de la Paz en la parroquia.

Su devoción mariana supo después transmitirla a toda su familia. De hecho, en el decisivo momento del sacramento del matrimonio, quien sería su esposo, Agustín, al pedir la mano, le obsequió una medalla de la Virgen de Fátima y una imagen de Cristo Rey. Siempre que salíamos de casa para un viaje, íbamos para orar juntos ante las imágenes del Corazón de Jesús y la Virgen de Fátima. Llegó a escribir personalmente a la Hermana Lucía y su contento fue mayúsculo al saber que había leído su carta y oraba por sus intenciones.

Como sabéis, el acontecimiento de Fátima comenzó con apariciones previas del Ángel de la Paz en el verano del 1916 y la fundamental Se había aparecido el 13 de mayo de 1917 y poco a poco se había extendido su devoción por todo el mundo. Con el intento fallido de matar a Juan Pablo II, justo un 13 de mayo de 1981 y que él consideró como una gracia de la Virgen, la caída del comunismo en 1989, la beatificación de los niños Jacinta y Francisco en el 2000, así como la muerte de Lucía en el 2005, el mensaje de conversión y reconciliación que trajo la Virgen se ha hecho mundial. El 13 de mayo del 2017 el Papa Francisco estará en Fátima y ya se aprobó la canonización de los dos pastorcitos beatificados.

Eres tú virgencita de Fátima

que con amor y santo cariño,

te apareciste en aquella encina

a tres pastorcillos.

Sin esperar ellos nada

oyen ruido…¡qué miedo!

Tú los consuelas diciéndoles:

"No temáis que soy del Cielo",

quiero que vengáis aquí

el trece de cada mes,

en octubre ya os diré

aquello que pienso hacer.

Pero quiero por ahora

que recéis el rosario,

que los pecadores

se hagan cristianos,

que mi corazón

está muy injuriado,

a ver si vosotros

me consoláis algo.

Yo creo virgencita que sí,

tu fe está muy propagada

por todo el mundo católico,

 aquí, ahora, al regalarla,

ese don Jesús Cardoso

al ser su infancia en Rollán,

con esta imagen hermosa

nos ha querido obsequiar

Me decían que eras hermosa

la gente que te había visto,

ahora ya te veo yo

porque antes no había podido.

Y ahora que ya estoy a verte

las gracias te pienso dar,

que jamás creí que hoy día

te vendría a visitar.

Al decirme que podía

venir a comulgar,

tengo una alegría tan grande,

¡no te puedes figurar!

Y si no hubiera venido,

mejor que nadie sabes

que estaba enferma en la cama,

y te cantaba cantares.

Como los cantan las mozas

que todos yo bien sé,

que cuando estaba buena

mucho siempre los canté.

Al ser hoy día tan grande

que he venido a comulgar

harás ¡oh Virgen María!

que no vuelva a pecar.

Y el no poder ir a misa

me cuesta mucho el decirlo,

lo llevaré con paciencia

porque es lo que tú has querido.

Y como lo quieres tú,

se cumpla tu voluntad,

que nadie mejor que tú

sabrá lo que puedes dar.

Así que estoy muy contenta

y también emocionada

de ver la gente que acude

a la novena de Fátima.

Con la alegría que van

de buena gana quisiera,

hicieras algún milagro

que la gente más creyera.

Si no es  de cuerpo, de alma;

que el alma alimenta más,

que tenemos mucha falta

en el pueblo de Rollán.

Y si me dais a elegir

qué quiero de las dos cosas,

la salud del alma primero

porque esa es más provechosa.

Y como yo todo el mundo

ha de querer esa gracia,

que el cuerpo es lo que se muere

y lo que vive es el alma.

Así que Virgen Bendita,

si es que es Tú voluntad

concedernos alguna gracia.

En este día tan grande

te pedimos con cariño,

y no nos sabrás negar nada

como una madre a su hijo.

La gracia que yo quisiera

que siga este pueblo igual,

no dejemos de alabarte

por miedo al qué dirán.

Y como sé que lo quieres

al hacer tu petición,

harás que nos consagremos

a tu excelso corazón.

Porque era lo que pedías

comulgando cinco sábados,

se consagraría Rusia

a tu corazón sagrado.

Y consagrándonos todos

a tu excelso corazón,

en el pueblo de Rollán

se acabará ya el rencor.

Quedemos todos unidos

como el pastor al rebaño,

y en la hora de la muerte

nos llevarás a tu lado.

CÁNTICOS DE FÁTIMA

El trece de mayo

se le apareció,

a tres pastorcitos

la Madre de Dios.

Los tres pastorcitos

bien la contemplaban,

a aquella Señora

que los iluminaba.

Rezad, pequeñitos

el santo rosario,

para que este pueblo

se haga cristiano.

Los niños le dicen:

"nos diga quién es",

"venid todos los meses

que ya os lo diré".

La Virgen María

del cielo les habla,

ellos le decían

si allí los llevaba.

Jacinta y Francisco

a la Virgen de Fátima

pronto me verán.

La pobre Lucía

tardará algo más,

pero aunque tarde

al cielo irá,

por los pecadores

tendrá que penar.

Vereis una noche

de aurora boreal,

que empiezan las guerras

tardan en cesar.

La Virgen María

esto se lo dijo

en el mes de octubre

a sus pastorcitos.

Treinta mil personas

vieron el milagro,

llegada  la hora

el agua ha cesado,

ha salido el sol

porque era la hora

de la aparición.

PEREGRINACIÓN (3-6-1988)

Oh María, qué alegría

al vernos aquí a tus plantas,

un grupo de peregrinos

que hemos venido de España.

Venimos a venerarte

y estar en tu compañía,

somos los más pequeños

cruzados de Santa María.

Al vernos aquí un buen grupo

viéndonos con tanta fe

regálanos tu don.

Estamos todos enfermos

y tú nos puedes curar,

si no es del cuerpo, del alma.

Con esta fe tan ciega,

y más que tú nos darás,

sembremos el Evangelio

para más almas salvar.

Que recemos el rosario

ese ha sido tu mensaje,

como un día lo anunciaste

a tres humildes pastorcitos.

En este año Santo Mariano

nos has hecho un gran regalo,

que por la Santa Sede

hemos sido ya aprobados.

Hemos llegado a Fátima

y al verte aquí en este altar,

tengo una alegría tan grande

que nadie puede imaginar.

Quiero darte muchas gracias,

en nombre de mi padre y hermanos,

porque a mi madre curaste

de una enfermedad muy grave.

Tú le diste ocho hijos,

y cuatro has elegido

para ayudarte en la tierra

a llevar almas al cielo.

Te pido por Abelardo,

cruzados y militantes,

por medio del P. Eduardo,

a nuestro Padre nos guardes.

Así que Virgen María

a todos nos colmarás

auméntanos más la fe

para más almas salvar.

Te recemos el rosario

y nos cubras con tu manto,

y a la hora de la muerte

nos llevarás a tu lado.

AHORA QUÉ ESTÁIS AQUÍ

Ahora qué estáis aquí

como buenos cristianos,

al verte ya en nuestro pueblo

honores te tributamos.

Esperando mucho tiempo

vuestra llegada a Rollán,

que no os dejaban pasar

porque erais de Portugal.

Y ahora que estáis aquí

aunque en mayo os esperábamos,

el día trece de octubre

la fiesta te celebramos.

Con honores y tributos

te queremos festejar,

y de la pura emoción

algún milagro tú harás.

Los enfermos sin remedio,

si es que es vuestra voluntad,

esos cúralos Señora

que la gente crea más.

Y como tú eres tan buena

y con la fe que tenemos,

en el día de tu fiesta

te acordarás de este pueblo.

Para que el cristiano vea

que es lo que te gusta a ti,

y como buenos cristianos

vayamos a verte al fin.

Los señores de Madrid

que con anhelo han querido,

el traeros a este pueblo

porque es donde han nacido.

Así que Virgen bendita,

ellos en particular,

gocen de buena salud

cumpliendo tu voluntad.

En fin, por todo este pueblo

que con ansias esperaba,

esta Virgen tan bendita

de todos ya deseada.

Sagrada Virgen de Fátima

como unos buenos cristianos,

al vernos en Portugal

honores te tributamos.

Al conocerte ¡oh María!

llamada Virgen de Fátima,

al darme tantos favores

te vengo a darte las gracias.

Me diste la curación

del cuerpo y también del alma

vivo con una alegría…

¡que me siga, Virgen Santa!

Me diste un buen marido,

hemos congeniado bien,

vivamos vida de gracia

que lo más grande es la fe.

Eso es lo que compenetra,

¡que dicha tan grande es,

el tener el alma en gracia!

También te pido ¡María!

por ocho hijos que tengo,

me los cubras con tu manto,

que ése es el mejor regalo.

Como tengo tantos hijos

y todos sin colocar,

cuando le llegue la hora

trabajo tú le has de dar.

Sobre todo en los exámenes

los hagan con serenidad,

y que no pierdan el tiempo

para poder aprobar.

Y que cumplan bien la mili

y paz le darás a España,

que gobiernen con fe

para así poder salvarla.

Hermanos y familiares,

amistades y vecinos,

les darás también la dicha

de en el cielo estar reunidos.

La gran pena que tengo

es que operan a mi hermano,

con la mayor fe te pido

para que quieras curarlo.

Queremos, si puede ser,

de cuerpo y también del alma,

ya que tiene cinco hijos

y ahora hace mucha falta.

Este ramo que traigo,

es de parte de mi hermana,

dale la curación

de todos tan deseada.

En lugar, ¡oh Madre mía!,

de en la operación estar

me parece Madre mía

desde aquí pediré más.

Por otra hermana que tengo

también la podías curar

y te pido por sus hijos…

¡ya los encaminarás!

Por nuestros padres difuntos

y demás en general,

si no han gozado del cielo

los llevarás a gozar.

Por el Papa y pecadores,

enfermos en general,

y a todos los que venimos

en este gran autocar.

Y que lleguemos a casa

en bien y con más fervor,

y se termine el rencor

para ver mejor a Dios.

La salud pido del cuerpo

y también quiero del alma,

y rezándote el rosario

para así mejor salvarla.

En fin, ¡oh Virgen María!,

que nos sigas siempre amando,

y en la hora de la muerte

nos llevarás a tu lado.

Poemas de María Antonia