Mozart en formación de cámara con dos conciertos del Auditorio seguidos y nunca cansa. Ante la calidad de la Orquesta de Cámara de Suecia ya auguraba que la Sinfonía nº 41 en do mayor, K. 551 "Júpiter" (1788) iba a resultar irrepetible, y no defraudó un Dausgaard sencillo en apariencia como la música del genio salzburgués, sobrenombre de planeta debido a Johann Peter Salomon como bien recuerda Gloria A. Rodríguez en las notas al programa, sinfonía galáctica en la tonalidad ceremonial por antonomasia y cierre de la trilogía que arrancaba en la primera parte, de plantilla similar aunque sean los oboes quienes reemplacen los clarinetes, pero la misma sonoridad cristalina de la nº 39, el mismo respeto por los tiempos, unos matices ricos por los extremos, increíbles los pianissimi y sin estruendos los forte, empaste y equilibrio clásico en una de las sinfonías más emblemáticas.
Mozart en formación de cámara con dos conciertos del Auditorio seguidos y nunca cansa. Ante la calidad de la Orquesta de Cámara de Suecia ya auguraba que la Sinfonía nº 41 en do mayor, K. 551 "Júpiter" (1788) iba a resultar irrepetible, y no defraudó un Dausgaard sencillo en apariencia como la música del genio salzburgués, sobrenombre de planeta debido a Johann Peter Salomon como bien recuerda Gloria A. Rodríguez en las notas al programa, sinfonía galáctica en la tonalidad ceremonial por antonomasia y cierre de la trilogía que arrancaba en la primera parte, de plantilla similar aunque sean los oboes quienes reemplacen los clarinetes, pero la misma sonoridad cristalina de la nº 39, el mismo respeto por los tiempos, unos matices ricos por los extremos, increíbles los pianissimi y sin estruendos los forte, empaste y equilibrio clásico en una de las sinfonías más emblemáticas.