Relatos sorprendentes, extraños, descarnados y provistos de un lenguaje que no hace concesiones a lo políticamente correcto y de temática, a veces, onírica; bordeando los submundos que le ponen los límites razonables a la realidad.
No es un libro para leer de tirón. Dice Alfons Cervera, en la contraportada del volumen, que “la escritura dura más que los libros que la acogen” y aunque su autor habrá tardado mucho más en escribirlo de lo que el lector pueda demorarse en leerlo muy probablemente tenderá a volver más de una vez a su lectura para intentar vislumbrar entre sus sombras.