Con palabra de mujer

Publicado el 25 octubre 2022 por Lacoleccionistadeespejos

Rosita Kalina

Actualmente, pese a que existe mucho escrito por y sobre ella, es una de las voces casi desconocidas dentro de la literatura escrita por mujeres costarricenses. Un detalle que debe ser tomado en cuenta, es que la primera escritora que podríamos llamar de escritura étnica pues, era de linaje judío, y prácticamente la única de ese grupo social, en ser muy activa dentro de la literatura. Poco se sabe sobre su vida en sí, y no es importante ese punto para escribir. Se sabe que:

Nació en San José de Costa Rica. Recibió su licenciatura en literatura inglesa de la Universidad de Costa Rica. Enseñó el inglés al nivel secundario y ayudó en la fundación de la Escuela Secundaria de Santa Ana de San José. De 1965-1970, vivió en los Estados Unidos, trabajando por el Johnson County Health Department en Iowa City Iowa. Regresó a la Universidad de Costa Rica donde enseñó el inglés. Kalina publicó mucha ficción corta en los suplementos literarios de La Nación, un periódico de San José, para el cual también escribió la crítica social. A menudo, contribuyó a Herencia judía, una revista judía de Bogotá, Colombia. En 1988, fue otorgada el Premio Nacional de Poesía por su obra Los signos y los tiempos. En su poesía, exploró temática judía religiosa y existencial en obras como Detrás de las palabras (1983), Cruce de niebla (1987), and Mi paz guerrero(1998).

Con ustedes, un poema de Rosita Kalina:

SOY DE LA TRIBU DE YEHUDÁ

Soy de la tribu de Yehudá

La de mis abuelos y bisabuelos.

La de Salomón, de Jesús y Einstein.

Por no citar a Freud,

cuyo valioso secreto cabalístico

saltó a la silla del terapeuta.

No perdono los miles de holocaustos

que en nombre de fementidas verdades

se urdieron contra mi pueblo,

contra otros pueblos antiquísimos,

más sabios que la ley del blanco.

Me horroriza el hombre integrado

a religiosas guerras.

Que somos uno en la inmensa nave

madre tierra, que nos transporta

a ilimitadas dimensiones.

Que todos respiramos un mismo destino.

Soy universal. Simplemente una mujer

que se atreve a soñar con una hermandad

de almas y de alas.

Precisamente por mi origen,

comprendo bien la tristeza de otros

venidos a menos por color o ángulo de los ojos.

¡Que venga la era del hombre,

maravilloso ser que puebla la existencia!

En él veo único, irrepetible,

mi orgullo de ser mujer.

También amo al animal y a las plantas

que vivan mis soledades.

Soy judía. Tersa hasta la caricia.

Amorosa hasta el éxtasis

Para La Coleccionista de Espejos:  

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